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PORTERA DE DÍA
Columna
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¡Angelita mía!

Ya no hay respeto por nada ni nadie. Ni por los galones, ni por las canas, ni por las mechas de peluquería fina Para tenso, el telefonazo de Angela Merkel a Barack Obama

Luz Sánchez-Mellado
La canciller alemana Angela Merkel.
La canciller alemana Angela Merkel.FABRIZIO BENSCH

Ustedes no saben quién borda estas líneas. Aquí donde me leen, relegada a la esquina izquierda de página par, sin una triste foto de firma, casi de tapadillo, la que suscribe ha salido un par de veces en la tele, se ha batido el bolígrafo por varios colectivos oprimidos y tiene el directo de la secretaria de Floriano en el móvil. Bien, pues con ese currículo, van unos municipales y me paran por saltarme un semáforo tonto al llevar a la cría al cole. Pero ahí no acaba la ignominia. Estaba yo aclarándoles con quién estaban hablando, por si no se habían dado cuenta, y me hacen salir del Kia tal como iba: en pijama, bata y babuchas de Hello Kitty. Y todo por ir sin carné, sin gafas y sin pasar la ITV. El atasco que se formó con la escenita sí que era un escándalo público y no las miserias de una madre trabajadora que no puede con la casa, los críos y el curro. Así que, desde aquí, toda mi solidaridad con Edurne Uriarte, tertuliana de 13 TV y pareja de Wert en su día, que, con tamaños méritos, tuvo que acogotar a unos picoletos con llamar al ministro Fernández-Díaz.Total, porque la trincaron en un coche marcha atrás por la A-1, con lo que ella ha defendido a la Benemérita.

Y es que ya no hay respeto por nada ni nadie. Ni por los galones, ni por las canas, ni por las mechas de peluquería fina. Hasta Cristina Tárrega, esa gran dama del periodismo proclamada valenciana de pro por Fabra el Bueno, ha tenido que salir por cachas de Twitter porque la pusieron de hoja de palmera por hacer de menos a Andalucía frente a Valencia. Bueno, por eso y porque se lo mandó su marido, Mami Quevedo, gaditano por más señas, que una cosa es ser una esposa liberada, y otra, echar por tierra la ídem de tu legítimo. Una mujer de su tiempo, Tárrega, obedeciendo a su pareja. Ya lo dijo Rajoy en Barcelona: “Lo moderno, ahora, es la unión, no la disgregación”, minuto y medio después de dejar a Mas con la palabra en la boca en su propia casa. Tenías que ver a Mariano y a Artur posar para la foto como dos novios de los de antes, más de morros que la última reencarnación de Belén Esteban. Eso era tensión territorial no resuelta y no la de Chacón y Rubalcaba, que nos va a dar grandes tardes. Al tiempo.

Ahora, para tenso, el telefonazo de Angela Merkel a Barack Obama, la mujer y el varón más plenipotenciarios del planeta, con permiso de Su Divinidad Beyoncé Knowles y David Gandi, el modelazo de Dolce & Gabanna. Resulta que ella, la cancillera, sospechaba que él, el comandante en jefe, le ha estado espiando el móvil. Menuda sorpresa, Angelita mía, pareces nueva. Si vinieras más a Spanien, sabrías que aquí, si no te espían, no eres nadie. Quizá por eso, conjeturo, a Morenés —sí, hombre, el ministro de Defensa con el perfil más bajo de la historia— “no le consta” que los norteamericanos hayan espiado a Rajoy entre los 35 líderes mundiales, aunque, por si acaso, ha convocado al embajador a consultas. Pobre James Costos, recién instalado en Madrid con su señor marido y le cae el marronazo del siglo. Mientras se desface el entuerto, te dejo. Voy a pillar lo último de Romina y Albano, que vuelven después de 20 años divorciados y son lo más hipster según el Gurú Mariano.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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