¿Es importante usar detergentes ecológicos?

Bastante. Sobre todo porque los ecosistemas acuáticos asimilan mejor la alteración que reciben de los detergentes ecológicos que la que reciben de los convencionales. Durante el siglo XX hemos dañado bastante la vida en los ríos y lagos, y es importante preservarla no porque nos guste ver “ríos limpios con animalitos”, que también, sino porque unos ríos sanos permitirán que bebamos agua sana y regemos nuestros cultivos sin tóxicos ¿Cómo hemos dañado el agua de la que vivimos?

Biodegradación en el agua. Que una sustancia se biodegrade quiere decir que sus moléculas se “desmontan” en los elementos químicos que las forman, que ya no tendrán ningún efecto sobre los animales y plantas que viven en las aguas. De entre los ingredientes de los detergentes, lo que es más importante que se biodegrade son los surfactantes –que son los que hacen la acción limpiadora propiamente dicha–, en parte porque son muy abundantes en las fórmulas de los detergentes, y en parte porque cambian la solubilidad de las grasas y proteínas, y por lo tanto el funcionamiento de las membranas celulares de los seres vivos. Es decir, son tóxicos en alguna medida para la vida acuática. Cuando el surfactante se haya biodegradado, dejará de producirse este efecto.

No fue hasta el 2004 que la Unión Europea legisló prohibiendo los surfactantes que no se biodegraden rápidamente en condiciones aerobias, es decir en presencia de oxígeno, que es el caso del agua (ríos, lagos, etc.). Para el resto de ingredientes no hay ninguna exigencia de biodegradación, pese a que para algunos de ellos hay indicios de toxicidad preocupante, y por lo tanto no es conveniente que permanezcan en las aguas sin biodegradarse; y están ahí durante años.

Biodegradación en los lodos. Los lodos de las depuradoras de aguas residuales son un medio anaerobio: no hay oxígeno. En las depuradoras buena parte de los surfactantes se precipita hacia el lodo del fondo, y buena parte de estos lodos (un 60% en Cataluña en 2012) se usa (previo tratamiento) como abono para la agricultura y la jardinería. Los ingredientes que no se biodegradan sin oxígeno, entre los que se encuentran los surfactantes más usados en los detergentes convencionales (los de la familia LAS) llegan intactos al suelo agrícola. Las autoridades europeas consideran que, si no se superan ciertos umbrales de cantidad de lodo aplicado por hectárea, los LAS se biodegradarán en unos 30 días en el suelo, donde sí hay oxígeno. Sin embargo no hay ninguna normativa que obligue a no superar este umbral de lodo/hectárea, y el criterio de las autoridades es cuando menos sesgado.

Eutrofización Es una afectación importante de los ecosistemas acuáticos, debida a una llegada exagerada de nutrientes –principalmente fosfatos y nitratos– que causa una explosión vegetativa de algas (fitoplancton). Prácticamente todos los detergentes convencionales para lavavajillas automáticos contienen fosfatos. Las algas son fotosintéticas, es decir, transforman el CO2 en oxígeno, de forma que la proliferación conlleva un gran incremento de oxígeno en el agua. Ello provoca a su vez un gran aumento de otras especies... que en pocos días mueren porque ellas mismas agotan tanto el oxígeno como los nutrientes que necesitan. En los años 60, uno de los Grandes Lagos de los EE.UU. (el Erie) se consideró muerto debido a la eutrofización.

Hay que decir que las depuradoras retienen parte de los fosfatos de las aguas residuales, sobre todo las que disponen de equipamiento expreso para eliminarlo (por ejemplo, en 2012 las plantas catalanas retuvieron un 76%) . Aun así, siguen llegando fosfatos a los medios acuáticos (desde las aguas residuales, y también desde la agricultura, por los fertilizantes). En 2009 había un exceso de nutrientes en un 29% de los ríos y en cuatro embalses catalanes.

Cuantos más fosfatos haya en el agua residual, más coagulantes habrá que usar para depurarlos, y más dinero costará (depurar los fosfatos es más caro).

Pero ¿se puede evitar? Totalmente, desde hace años existen en el mercado marcas ecológicas que evitan los ingredientes nocivos o los que presentan indicios relevantes de toxicidad, limitan mucho los que nos se degradan en lodos, no usan derivados del petróleo e intentan que las ingredientes de origen vegetal sean de cultivo ecológico y local. Y como podéis conocer en la revista Opciones lavan perfectamente. Incluso tenemos dos marcas de fabricación local (Alicante y Castellón).

Pero la pregunta del millón salta a la vista: si es posible producir detergentes que no perjudican a la vida acuática, ¿por qué se fabrican que sí la perjudican? ¿Por qué no se prohíben las sustancias más nocivas? Sorprende ver el papel protagonista que ha tenido la industria de los detergentes en dichas decisiones ya que son sus informes los que utilizan para evaluar los daños de los ingredientes en cuestión. ¿Utilizarías estudios de Malboro para regular el tabaco?

La propia UE reconoce que una de las razones para retrasar la prohibición de los fosfatos es el daño económico sobre la industria. Sin emabargo, mientras tanto, el coste extra de depuradoras los ausumen las arcas públicas y la contaminación sobre nuestros ríos y tierras de cultivo lo asume nuestra salud. Una ejemplo más de que la sostenibilidad de nuestras sociedades vendrá con más democracia o no vendrá.

Este artículo es un resumen parcial de uno de los apartados del último número de la revista Opciones, donde se dan respuesta a otras preguntas relacionadas como, por ejemplo:

¿limpian realmente bien los detergentes ecológicos?

¿qué problemas para nuestra salud y de los ríos tienen los detergentes?

¿por qué se siguen fabricando detergentes antiecológicos si hay alternativas?

¿quién influye en la UE cuando se regulan estas cosas?

¿cómo puedo reconocer los detergentes ecológicos de verdad?

¿la ecobola funciona?