En 1993 salió de la Estación del Norte el último tren con destino Galicia. Había empezado a funcionar en 1861
El vestíbulo, actualmente cerrado, sirvió sobre todo para salvar el desnivel de la cuesta de San Vicente y facilitar el acceso de los viajeros a la plataforma del Paseo de la Florida, que era donde se ubicaban las vías y el tránsito de viajeros era mayor.Carlos RosilloLos grandes ventanales de la estación es uno de los rasgos característicos de la fachada. Aunque el edificio está cerrado, en alguna se ha utilizado para algún evento y para rodajes cinematográficos.Carlos RosilloEn el hall principal se encuentran la cafetería, las taquillas, seis montacargas y dos grandes balanzas para pesar equipajes.Carlos RosilloEl edificio tiene dos grandes torreones que albergaban las oficinas de Renfe. En ellas se realizaban gestiones como contratar transportes de mercancías o alquiler de vagones.Carlos RosilloDetalle de uno de los ascensores de viajeros en el que se puede ver el nombre de la empresa que los construyó. Los ascensores tenían la perticularidad de que eran elevados desde abajo y no desde el techo.Carlos RosilloEscaleras de acceso a la plataforma donde se ubicaban las cabeceras. Entre las vías y el vestíbulo hay una entreplanta donde se están unos grandes aseos para los viajeros.Carlos RosilloEn 1976 se desviaron casi todos los servicios de Príncipe Pío a la nueva estación Madrid Chamartín. Actualmente está destinada sobre todo a trenes de cercanías y metro, además de albergar un gran centro comercial, quedando parte de la estación cerrada y sin uso. En la foto, vista de la parte nueva de Príncipe Pío desde una de las ventanas del vestíbulo abandonado.Carlos RosilloPuerta de acceso, desde el interior, a la que en su día sirvió como capilla y sala para autoridades de la estación.Carlos RosilloInterior de las oficinas donde estaban las taquillas desde donde se vendían los billetes a los viajeros.Carlos RosilloVista de la antigua cafetería y de las escaleras que daban acceso a las vías.Carlos RosilloInterior de una de las oficinas de Renfe en uno de los torreones del edificio.Carlos Rosillo
