Hay que ser del CSI para entender lo de Mandela
Nelson Mandela lleva más de un mes ingresado en un hospital de Pretoria, ajeno a todo lo que rodea y ensucia a su familia. El activista que sacrificó su vida para conseguir una Sudáfrica igualitaria y lideró el país por una pacífica transición hasta la democracia, el líder más admirado del mundo, que reclamó huir del odio, es el hombre que hoy despierta más pena en Sudáfrica. Ya no por su delicada salud que lo tiene postrado en la cama sino por su extensa parentela de hijas, nietos y bisnietos que están dando un espectáculo tan lamentable que ha llevado al presidente, Jacob Zuma, a pedirles que por favor, dejen su "agria" discusión en una cuestión doméstica y resuelvan sus problemas amigablemente.
El escándalo es mayúsculo. Mentiras, exclusivas, incesto, envidias, poder, hasta exhumaciones de cadáveres de tres hijos de Madiba, como se conoce a Mandela. Ni en la peor telenovela. Ya ha llegado un momento en que hay que tener una guía, una chuleta que ayude a no perder el hilo y también un arbol genealógico. Los periodistas matan las largas espera ante el hospital escrutando cada palabra de un comunicado y declaraciones de los parientes para intentar cuadrar lo que está pasando y a veces se asemejan más a los detectives de las series que a juntaletras. "¿Después de crítico, qué hay?", se preguntan. "¿Cuándo dijo eso la hija, antes o después de aquello otro?, se exasperan.
Con más preguntas que respuestas, he aquí la guía. Bien podría hacerse un guión titulado Poder y Dinero. Mandela ingresa la madrugada del sábado 8 de junio en el hospital y se renueva la lógica preocupación; no hace ni tres meses de su última salida del centro. Es la primera vez que un comunicado habla de pronóstico "grave pero estable".
Cuatro días después, el día 12, el presidente Zuma informa que Mandela "responde bien al tratamiento". Sudáfrica respira un poco más tranquila. Los sudafricanos se dividen entre los que piden una larga vida para el viejo activista y los que ya creen que ha llegado el tiempo "de dejarlo ir". Mientras, la familia sigue con las visitas a diario al paciente. No hay problemas a la vista.
Esa misma semana, una filtración en la cadena americana CBS desvela que la madrugada del ingreso, la ambulancia que trasladaba a Mandela al hospital se estropea y tiene que estar esperando 40 minutos en la cuneta de una autopista. Las mismas fuentes advierten de que al expresidente los riñones e hígado le funcionaban a la mitad y sufrió dos paradas respiratorias. Presidencia sólo admite la avería pero asegura que Mandela estuvo siempre bien tratado y su vida no corrío peligro.
Pero la noche del 24 de junio, nueva sacudida. Un comunicado informa de que Mandela lleva 24 horas en estado "crítico". Y a partir de aquí, la tranquilidad familiar estalla por los aires y Sudáfrica no puede evitar pasar vergüenza ajena. Dos días después, el 26 por la noche Zuma anuncia por sorpresa que anula su viaje a Mozambique, a tan sólo 50 minutos en avión, sin dar más explicaciones sobre su visita al expresidente. Por la mañana, el portavoz del Gobierno señala en la televisión pública Sabc que la salud de Madiba ha empeorado en los últimos dos días, por lo que todo el mundo interpreta que los cambios de planes del presidente se deben sin duda, ahora sí, al estado de salud. El adiós está cerca, se teme.
Sin embargo, horas después el mismo Zuma afirma que ha vuelto a hablar con los médicos y le han transmitido que han notado una mejoría en el paciente. Es un día de confusión total porque Makaziwe la primogénita de Madiba habla casi al mismo tiempo que Zuma y afirma que su padre está "muy crítico" y que "cualquier cosa puede pasar de forma inminente", a pesar de que asegura que "responde al tacto e intenta abrir los ojos".
La propia Makaziwe convoca el 25 de junio una reunión de urgencia con parte de la familia y los ancianos del clan en Qunu, la aldea donde se crió Mandela y donde dijo que quiere ser enterrado. Los convocados acuden al cementerio donde están enterrados los Mandela y se insinúa que el encuentro sirve para hablar con los ancestros y preparar el adiós de Madiba, como manda la tradición xhosa. Parece que la familia tiene prisa por organizar un entierro.
A las pocas horas, Makaziwe y otros 15 parientes firman una demanda en contra de Mandla, nieto de Mandela y jefe tribal del clan familiar porque en 2011 había trasladado hasta Mvezo los cadáveres de tres hijos del Premio Nobel de la Paz sin consentimiento de nadie. En juego está dónde se fija la sepultura de Mandela. Mandla vive en Mvezo y previendo que el mausoleo familiar se instalará en la localidad natal de Madiba, prepara millonaria inversión de un complejo turístico.
Supuestamente, en la demanda se advierte al juez de que hay urgencia para resolver dónde se enterrará a Mandela porque los médicos sólo esperan saber el día en que los parientes decidan desconectarlo. Nadie afirma ni confirma ese documento pero el juez acaba dando la razón a los de la opción de Qunu. El documento está mal redactado, sin firmas y en él aparece cambiado el nombre de Graça Machel por Michael y en un momento se la califica de "exesposa", a pesar de que siguen casados.
No acaba ahí el vodevil. El jueves 4 de julio, Mandla aparece ante la prensa en su feudo de Qunu, para acusar a sus familiares de tenerle envidia por ser él el jefe del clan y defiende su responsabilidad y poder para decidir. No contento con esto, señala a su tía de intentar sembrar la división familiar y apresar al juez a devolver los cadáveres, al tiempo que culpa a uno de sus hermanos de haber "preñado" a su ya exmujer. El sonrojo general es superlativo. ¿Por qué se pelean así? ¿No han aprendido nada de Madiba?, se lamenta el sudafricano medio.
Esa misma tarde, la agencia francesa AFP asegura que Mandela está en "estado vegetativo" y en soporte vital, según el documento que la familia entrega al juez en el caso de la exhumanción de los cuerpos. La filtración obliga a Presidencia a negar los términos y reitera que Madiba continúa crítico y está con respiración asistida. ¿Quién filtra ese documento? ¿Por qué se conoce cuando el juez ya ha ordenado que los cuerpos vuelvan a Qunu? ¿A quién le interesa la filtración?
En el fin de semana la prensa saca los colores de nuevo a Makaziwe. Primero con un documento supuestamente escrito por su puño y letra dejando negro sobre blanco que Mandela está a un paso de la muerte, y después porque intenta presionar al Gobierno de que la americana CNN tenga un trato "preferencial" en el funeral de su padre. La cadena de televisión lo desmiente pero el mal ya está hecho y se explica porqué la familia le ha dado diversas entrevistas. ¿Tendría Makaziwe miedo de que el mausoleo se instalara en Mvezo y ella perdiera su negocio? ¿Pretende hacerse con la jefatura del clan y destituir a su sobrino?
Aún hay más bochorno ajeno. El City Press local revela que Zondwa, otro nieto de la saga, registró el pasado mes de octubre una empresa con objetivos "poco claros", señala. Lo que no deja lugar a dudas es que utiliza el nombre del abuelo y la llama “Mandela 95th Birthday” (El 95 aniversario de Mandela), que se celebrará mañana, 18 de julio, un día que la ONU ha apadrinado como el Mandela Day en la que se anima al mundo a dedicar 67 minutos en favor de la comunidad. El mensaje parece ajeno a los Mandela, sin ética ni estética.
¿Continuará?
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