En Kairouan, cuarta ciudad santa del islam, se planeaba la celebración de un congreso anual de yihadistas que iba a reunir a 40.000 radicales del grupo ilegal Ansar Sahria. La activista Amina Tyler iba a actuar completamente sola.Mayte CarrascoAmina Tyler charla con EL PAÍS en una de las estancias del modesto hotel en el que se alojó en Kairouan (Túnez). Confiesa que se siente asustada. Se ha llevado una tela de dos metros por uno en el que piensa escribir un lema con un aerosol: "Túnez es un país cívico y sus mujeres son libres".Mayte CarrascoAmina Tyler se encaminó el pasado domingo a la mezquita sagrada de Okba ibn Nafe. Escribió la palabra Femen en el muro del cementerio del primer templo musulmán del norte de África. La policía se la llevó en un furgón y la retuvo en la comisaría para protegerla.Mayte CarrascoLa joven Amina Tyler, en el furgón policial en el que fue trasladada a una comisaría. A la salida de esta, había estallado un tumulto en la calle. El Gobierno islamista de Ganuchi había decidido prohibir el congreso salafista. Tyler fue encarcelada el martes. Ahora se enfrenta a seis meses de prisión, acusada de profanación de tumbas.Mayte Carrasco
