Oídos sordos

 Presidente, políticos, ministros, representantes, jueces. Son las instituciones responsables de ejercer la autoridad en las misiones que la sociedad les ha encomendado. Representan a todos los ciudadanos del país. En ellos, miembros institucionales, hemos depositado nuestra confianza. Confianza emitida a través del único acto democrático y constitucional que nos ampara a todos sin excepción, el voto.

La primera vez que voté fue en el año 1996. Este hecho tan simple supuso para mí todo un acontecimiento histórico porque, además de lo que ello significaba, me dio la oportunidad de sentirme ciudadana de pleno derecho.

Por naturaleza, respeto las normas cívicas y acepto las reglas de juego impuestas por los organismos competentes. Respeto y admiro a las personas que están por encima de mí y, sobre todo, quienes saben más que yo. Mi regla es escuchar y atender a mis interlocutores. Ello me permite conocer sus posturas y su manera de interpretar los acontecimientos de manera personal e individual.

No es mi intención dar consejos a nadie, pero sí reclamo y apelo a los derechos que me asisten como ciudadana a que dejen de hacer oídos sordos y que cumplan con su cometido. Ya no vivimos en la era de los feudos y feudatarios. El pueblo está vivo, que no lo maten.— Maria Antonia Martorell.