Parece de película
Se supone que la droga custodiada en depósitos judiciales proviene de exitosas acciones policiales contra el narcotráfico. Para requisar 1.800 kilos de droga se han tenido que invertir cuantiosos medios técnicos y cualificados recursos humanos, lo que supone un importante gasto público.
Pues bien, ¿cómo es posible que toda esa droga se haya podido sustraer en los últimos cinco años de lugares como una jefatura de policía, un depósito judicial, un instituto de toxicología, un depósito portuario y una aduana? Y en la última ocasión con toda “discreción y alta tecnología”: dos vehículos todoterreno, un remolque y 10 tíos, aderezado todo ello con el fondo musical de las 12 campanadas.
Si estos lugares no cuentan con las necesarias medidas de seguridad, ¿por qué se deposita allí la droga incautada? ¿Por qué motivo hay que tenerla depositada meses y meses? ¿Por qué Andalucía, por cierto una de las mayores entradas de droga en España, no cuenta con una incineradora para su destrucción inmediata en lugar de tener que enviarla a Asturias?
Lo realmente trágico no es el valor material del robo, sino que esa droga ha vuelto a la calle. Imagino la cara de los policías que se han jugado la vida para cumplir con una misión que ahora, por la incompetencia de unos gestores públicos, no ha valido para nada. Es de película.— Pedro Díaz Gómez. Alicante
En un solo día escucho que la implantación del euro por receta en Madrid no va acompañado de la aplicación informática que lo haga posible. Estará lista en febrero.
Acto seguido, unos traficantes recuperan una tonelada de droga almacenada en un lugar sin ningún vigilante.
Entonces me acuerdo de la marca España y me entra la risa.— Ignacio Caballero Botica. Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.