La perfección tiene límite
90-60-90, medidas perfectas, o al menos eso dicen. Aun así, una modelo ha confesado su inseguridad. Su profesión depende de su cuerpo, de estar siempre perfecta y, por eso, debe cuidarse en exceso. La imagen que refleja se ha convertido en una obsesión y su autoestima depende de ello.
Muchas jóvenes ven en la profesión de modelo una manera rápida y fácil de ganar dinero; y es por eso que empiezan a ejercer.
El dinero, incluso si llega rápido, no te hace ser más feliz ya que no realizas la profesión que de verdad te gusta. Si eres joven y quieres ser modelo, un consejo: no te guíes por el dinero, guíate por el corazón.— Núria Isart Delgado
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