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Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino

Dulce despertar en la habitación del hotel

Isidoro Merino



Todos los hoteles tienen un servicio de despertador o wake-up call, pero la tecnología empleada para despabilar a los huéspedes varía mucho de unos establecimientos a otros. El sistema más rudimentario es la clásica nota que el conserje de noche deja al personal de mañana para que despierte a los clientes que lo han solicitado. Eficaz, si no se traspapela o el recepcionista tiene mala letra. La otra opción es programarlo directamente desde el teléfono o el televisor de la habitación, pero antes asegúrate de que sabes cómo hacerlo y no confundes AM (el horario entre la medianoche y el mediodía) con PM (entre el mediodía y la medianoche).

Buenos días, robot

La mayoría de los hoteles modernos dispone de sistemas automatizados y protocolos para que no se les duerman los clientes. En los hoteles Meliá, por ejemplo, cuando el huésped, o el guía del grupo en los viajes organizados, solicitan en la recepción del hotel que le despierten, se programa inmediatamente en la centralita telefónica. A la hora señalada, y de forma totalmente automática, el sistema llama al número de la habitación. Cuando el cliente descuelga el auricular, la centralita responde con un mensaje de buenos días y la hora. El teléfono no deja de sonar hasta que alguien responde. En el caso de que el cliente no conteste a la primera, la llamada se repite hasta en cinco ocasiones. Si aun así nadie responde, el personal de recepción acude a la habitación para conocer el motivo de la incidencia. Todo el proceso queda registrado en el sistema.

Otro método habitual es la programación es el de las televisiones interactivas, presentes en la mayoría de las cadenas. La técnica es similar a la descrita anteriormente, pero en lugar de hacer sonar el teléfono pone en marcha el televisor. Si el cliente tarda en apagar el receptor, la música o programa que se emite como despertador da paso a un pitido. Si aun así el televisor permaneciese encendido, un empleado del hotel acudiría a la habitación para comunicar personalmente la hora y desconectar el aparato. Además de estos dos sistemas, algunos hoteles emplean un método de despertador personalizado. El cliente es llamado por un miembro de la recepción.

Toque de Diana
En el Wit Hotel de Chicago contrataron a varios actores de doblaje e imitadores para grabar diversas llamadas de recepción, que el cliente elige la noche anterior. Te puede despertar, por ejemplo, el mismísimo presidente de los Estados Unidos: Up and at 'em! Algo así como, “arriba, que hay mucho que hacer”.



Dormir, tal vez soñar
¿Y qué ocurre si todos los sistemas fallan o se produce un fallo humano? Si la culpa es del hotel, la compensación suele quedar al criterio del director (aunque tú tienes la última palabra y la hoja de reclamaciones). Lo habitual es que todo se resuelva con el pago del taxi al aeropuerto o una noche gratis. Sol Meliá reconoce que, en las contadas ocasiones en que algún cliente ha perdido el avión por su culpa, ha recibido un billete aéreo para su destino. Crowne Plaza Hotels & Resorts, de la cadena Intercontinental Hotels, garantiza en sus más de 190 establecimientos su servicio de despertador, uno de los puntos que contempla su programa contra el insomnio Sleep Advantage: si se olvidan de despertarte o no lo hacen a la hora que indicaste (cinco minutos por arriba o por abajo), esa noche de hotel te saldrá gratis. La iniciativa también incluye música relajante en las habitaciones, una guía para ayudar a conciliar el sueño, camas más grandes y confortables, y zonas insonorizadas.

Y si aun así no te quedas tranquilo, llévate un despertador de casa o programa tu móvil, y antes de irte a la cama tararea el pegadizo tema de Wham, aquel dúo de George Michael: "Wake me up, before you go go... ".

Y , ¿has perdido alguna vez el avión por no despertarte a tiempo?



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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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