La radio no importa
¿Nos vamos a conformar con todos los cambios que están haciendo en la radio pública? Hace años que decidí no tener tele, por ello no puedo opinar sobre ella. Pero la radio, que durante los últimos años ha sido mi compañera y que me ha dado tantos buenos momentos, me ha hecho reír, me ha emocionado, me ha enseñado, me ha informado, me ha relajado, me ha animado, etc., la están poniendo patas arriba. Su sonido fresco y cercano vuelve a ser un sonido rancio y lejano. Recuerda, sospechosamente, a la radio de otros tiempos. Ha habido programas que han suprimido por pura censura, y locutores que se han cepillado por ser veraces. ¡Nos han cambiado a todos los locutores! Además, no les han dado tiempo ni a despedirse de sus audiencias. ¡Se los han cepillado mientras estaban de vacaciones! Pero ¿no estaban subiendo las audiencias cada vez que hacían una encuesta? También nos quitan la radio, qué será lo siguiente... ¿Y nadie protesta en el Congreso? ¿No es esto un golpe de fuerza?— Jesús Valeiras Viso.
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