¿Campeones?

Sí, yo también he disfrutado con la selección. Los jugadores, con su mesurado seleccionador a la cabeza, demuestran que algunas cosas en España se hacen bien, incluso muy bien.

Pero dicho esto, ¿está demostrando la selección la sensibilidad social que las circunstancias exigen?, porque además de deporte, hablamos de un inmenso negocio y de que cada uno de los jugadores ha cobrado por ganar la final una prima de 300.000 euros, cantidad que, retenciones fiscales aparte, se añaden al pastón que cobran en sus clubs. Los italianos, sin embargo, se comprometieron, si hubieran ganado, a donar la gratificación a sus compatriotas damnificados por los terremotos. También estuvo el detalle de que “la roja”, y a diferencia de varias selecciones, no visitaron los campos de exterminio nazis.

Creo que el deporte no puede funcionar ajeno a una realidad tan cruda como la que estamos sufriendo, por eso creo que nuestra selección, que demuestra ser la mejor en el terreno de juego del deporte rey, está por ver (más allá de algunos gestos individuales) que también sea la mejor en generosidad y compromiso con aquellos que la venera como si fuera un conjunto de dioses que suaviza las penas de este "valle de lágrimas”.— José Miguel Grandal López.