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Algunos obsoletos, otros muy útiles

Tres médicos de familia opinan sobre la lista de medicamentos que Sanidad dejará de financiar Creen que con una mejor gestión se ahorraría más

Algunos de los medicamentos que serán excluidos de la financiación pública.
Algunos de los medicamentos que serán excluidos de la financiación pública.EFE

Es cierto que muchos de los 456 medicamentos que serán excluidos de la financiación pública están obsoletos, o tienen una utilidad terapéutica baja. Pero también es verdad que algunos de ellos sí son útiles, y se recetan a menudo en los centros de salud de todo el país. Eso es lo que piensan tres médicos de familia consultados por este periódico tras conocerse ayer por la tarde la lista de fármacos que dejarán de ser subvencionados. La medida propuesta por Sanidad no afectará de forma general a los pacientes, pero sí puede perjudicar a ciertos grupos, como los enfermos crónicos. Y todos critican la absoluta falta de información. No ha habido ningún tipo de información del Ministerio de Sanidad ni se ha consensuado con los colectivos médicos. Una queja que hoy han repetido los consejeros del País Vasco, Andalucía y Cataluña antes de la reunión del Consejo Interterritorial de Salud que han tenido las Comunidades Autónomas con la ministra de Sanidad, Ana Mato.

“Creo que muchos de estos medicamentos no deberían ser financiados”, asegura José María Molero, médico de familia. “De alguno de ellos, como las lágrimas artificiales, se ha hecho un sobreuso. Otros tienen una utilidad terapéutica no contrastada”. Pero matiza: “Sí hay fármacos que no cumplen ese criterio de baja utilidad. Por ejemplo, los antiácidos, o algunos antiinflamatarios tópicos que se utilizan para patologías como la artrosis. Es posible que ahora tengan que ser sustituidos por otros tratamientos que van a ser más caros”.

"No afecta a la salud de mis pacientes, pero sí a su economía", dice un médico de familia

En eso coincide con otro médico de familia, Salvador Tranche, que expresa su preocupación porque “se van a retirar fármacos baratos, pero van a tener que ser sustituidos por otros más nuevos, aunque también más caros, con lo que el supuesto ahorro se va al garete”. Y no todo lo que se retira de la financiación es obsoleto. “El Aciclovir se utiliza mucho, y su utilidad está demostrada. O fármacos como el Almax para personas con problemas gastrointestinales”.

Otro médico de familia, Miguel Ángel Hernández, también señala medicamentos que sí considera útiles: “Mucolíticos para enfermos con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), antiinflamatorios, antiácidos…”. Hernández sí valora en general de manera positiva la medida del Ministerio de Sanidad, porque cree que la mayoría de los fármacos que perderán la financiación pública tienen poca utilidad clínica.

Más allá de qué medicamentos concretos se deberían retirar o no, la crítica se dirige también a la oportunidad de una medida como esta. “Mi opinión es que se deberían evaluar todos los medicamentos, y no solo estos”, dice Miguel Ángel Hernández. ”La Administración tendría que valorar un proceso más global, que incluyera muchas más cosas, como los tratamientos hospitalarios, las prótesis, tratamientos coronarios… Se podría lograr mucho más ahorro que en la lista de fármacos de la que estamos ahora hablando”.

“Lo que me preocupa es que esta medida es más de lo mismo. Se debería ir más allá del recorte, de cerrar centros, de bajar el sueldo de los profesionales,. Habría que tomar medidas de gestión que fueran realmente útiles”, dice Salvador Tranche. Y apunta a una realidad de muchos pacientes en esta crisis: “Hay gente que te dice que no se puede comprar los medicamentos que les quieres recetar porque no tienen dinero, familias en paro, o que necesitan que les reduzcamos el tratamiento porque no lo pueden sufragar durante mucho tiempo. Es posible que la retirada de la financiación de estos medicamentos no vaya afectar a la salud de mis pacientes, pero sí a su economía”.

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