Pelotas descontroladas
Pocas cosas me sorprenden, pero deseo que las que me queden no sean ridículas, y más cuando hay vidas en juego. En una manifestación la distancia entre agente y manifestante tiene que ser desde ahora 35 metros, por lo cual antes de la contienda un representante de cada grupo delimitará la distancia para que no exista fuera de juego por parte de ambos. El manifestante corre el riesgo de que al agente le dé el sol de frente, no tenga sentido de la distancia o que sea miope.
Antes de la trifulca los agentes podrán adelantarse de su línea divisoria hasta 25 metros, ni uno más ni uno menos, para poder disparar salvas conciliadoras. Además de eso existirán los agentes contadores que medirán las intensidades desde los 35 metros, que serán pelotazos medios, y desde 60 metros los fuertes.
Y por último, cada agente llevará la bolsa de las pelotas precintada, y se controlará que no abuse desperdiciándolas, por lo que en la suerte del manifestante influirá que el agente sea generoso o tacaño. Si existiese un herido, el agente deberá quedarse estático en el lugar de los hechos hasta que se mida la distancia. Obviamente no me olvido del riesgo de los agentes ante una multitud encolerizada. Parece cómico, pero es muy serio… Busquemos soluciones racionales.— Felipe Malo Mozo.
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