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Los pechos de Kate Winslet naufragan en China

Censurada la versión 3D de ‘Titanic’ en los cines del país asiático

Kate Winslet, en la escena censurada.
Kate Winslet, en la escena censurada.

Los espectadores chinos han inundado los cines para disfrutar de la versión en 3D (tres dimensiones) de la superproducción de James Cameron Titanic,a pesar de que ha sido cortada para eliminar algunas imágenes consideradas no apropiadas por los censores. Quienes acudan en China a ver la épica de amor y naufragio del director canadiense no verán la escena en la que Kate Winslet (Rose) posa desnuda durante una sesión de dibujo. El tijeretazo ha sido ordenado por la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión, organismo responsable de la aprobación de todas las películas que se proyectan o filman en China. El país asiático no tiene un sistema de clasificación de los filmes en función de la edad del espectador.

La censura, característica del régimen chino, mezcla paternalismo y autoritarismo con sus ciudadanos. “He estado esperando casi 15 años, y no ha sido por los icebergs en 3D”, dice un mensaje que ha circulado ampliamente en los microblogs chinos, recogido por la prensa local. Algunos espectadores se han mostrado especialmente enojados porque en 1998 los censores permitieron la proyección sin cortes. ¿Va China hacia atrás o los guardianes de la moral en el país asiático piensan que las tres dimensiones son demasiado explícitas? No ha habido explicación oficial.

La versión original, de 1997, recaudó 360 millones de yuanes (43,3 millones de euros al cambio actual) cuando fue proyectada en China al año siguiente. Pero la mayoría de quienes han acudido a ver la epopeya en 3D de Cameron seguramente no sepan que una vez más están pagando por un producto cercenado, distinto del que es ofrecido en otros países. La censura es obligada para que películas con imágenes no ya de sexo sino incluso eróticas puedan acceder al restringido mercado chino, al cual solo llegan cada año unas pocas producciones extranjeras. Ocurrió con La sonrisa de Mona Lisa (2003), de Mike Newell, y con Deseo peligro (2007), de Ang Lee, por ejemplo.

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