Resultados electorales
Los andaluces han frenado a la derecha y a los mercados. El PP no ha sabido o no ha podido generar la confianza esperada, probablemente lastrada por las decisiones antisociales del Gobierno de Rajoy y sus medidas brutales de ajuste a favor de los poderosos. El PSOE, por su lado, y en contra de los pronósticos, se mantiene, a pesar de la pérdida de nueve diputados: tres a favor del PP y seis de IU, que se convierte en la llave del Gobierno de Andalucía.
El sabio pueblo andaluz ha fracturado el bipartidismo imperante en España y ha puesto de manifiesto que, frente al modelo neoliberal de la derecha española y europea o el social-liberal que ha practicado el PSOE (ambos entregados en mayor o menor medida a los poderes financieros), hay un modelo socialdemócrata alternativo, que habrá que rediseñar. Su objetivo último es el socialismo en libertad: pleno empleo, intervención pública en la economía, reforma fiscal, educación y sanidad públicas de calidad, eliminación de la pobreza, reparto igualitario de la riqueza, medidas anticorrupción, etcétera.
Una vez más, el himno de la comunidad autónoma se ha hecho realidad: ¡Andaluces, levantaos! Sea por Andalucía libre, España y la humanidad.— Enrique Castaño. Aracena, Huelva.
Arenas ha ganado las elecciones andaluzas, pero con unos resultados insuficientes que no le otorgan la mayoría absoluta. Es muy posible, casi seguro, que no pueda gobernar la tan ansiada y emblemática comunidad de Andalucía. Su rostro denotaba frustración contenida en su comparecencia ante los medios de comunicación. Su vida política se acerca al final, poco a poco, sin la conquista clara de la codiciada taifa de Andalucía.
La sociedad andaluza ha dejado muy clara en estos comicios su mayoritaria adscripción, por número de votantes y porcentajes, a planteamientos ideológicos de izquierda. Todos los ojos están puestos en Balderas e IU, que esperemos obre con más cintura e inteligencia política que IU en Extremadura.
Andalucía no olvida fácilmente los siglos de caciques, latifundistas y señoritos que mantuvieron esta región de España en la miseria, la ignorancia, el olvido y la más sangrienta y ominosa explotación.
Andalucía, afortunadamente, tiene en su ADN memoria genética, y, a pesar de las torpezas y extralimitaciones neocaciquiles del PSOE con los ERES fraudulentos y otras corruptelas imperdonables investigadas por la justicia, nota la diferencia clara entre los hijos y nietos de los caciques, terratenientes y señoritos y los socialistas o izquierdista de otra pasta y procedencia ideológica y social. Que reflexione el PSOE muy seriamente y limpie su casa.— Agustín Arroyo Carro. Madrid.
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