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PORTERA DE DÍA
Columna
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Pionero Colate

Mientras Nicolás Vallejo-Nágera, puro huesos, cuentas sus penas en una revista, su exmujer Paulina Rubio se solaza en una piscina

Luz Sánchez-Mellado
Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nágera.
Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nágera.GTRESONLINE

El periodismo muta, veremos cómo acaba. No es solo que cierren medios que no cerraban nunca, que diría Gila, toco madera. Ni que haya colegas trabajando a 50 céntimos la pieza: esclavos ha habido siempre en este gremio a punta de pala. Es que estamos tan ciegos con el paro, las naderías, la corrección política y el Apocalipsis now de cada día, que pasa una revolución sociológica delante de nuestras jetas y no nos coscamos de nada.

Con tanta web, tanto Twitter y tanto trending topic, nos estamos digitalizando a marchas forzadas, y yo que me alegro, gloria a Jobs en las alturas. Pero lo que es el olfato periodístico se nos está atrofiando de tal manera que no olemos una primicia ni a quemarropa, a no ser que la patrocine Gucci, y entonces sí, perdemos el culo y le dedicamos páginas gratis a la firma por fichar a Carlota Casiraghi como musa.

A lo que iba, que me pierdo yo sola. El notición de la semana lo lleva ¡Hola! en portada casi de tapadillo, camuflado entre el drama de los Boyer-Preysler, la vuelta al destierro de los Urdangarin-Borbón y la enésima fiesta de Naty en la casa de Louis Vuitton en París, ahí es nada. No, el hito tampoco es que Nicolás Vallejo-Nájera y Paulina Rubio hayan partido peras, demasiado estaban durando.

Lo histórico es la entrevista en profundidad que le vende el tal Colate a Tico Chao, ese clásico vivo, por equis decenas de miles de pavos. Quizá Chao, en su infinita modestia, no es consciente de la trascendencia del documento. Pero eso es una revelación y no la de Fátima, Báñez no, la virgen. Ni Brad Pitt, ni David Beckham, ni siquiera Justin Bieber: Colate es el nuevo hombre en persona. Un pionero en su género.

Sale el pobre en los puros huesos contándonos sus penas mientras su ex la diva latina se solaza un par de páginas después más jamona que nunca en un piscinón de Acapulco. Da lástima verlo de blanco impoluto como un monje ibicenco con su rosario, su crucifijo tamaño natural al cuello y su cara de no haber roto un plato en su vida. Él, que disparaba a todo lo que se movía. Que no hay terceras personas, que ha hecho lo imposible por salvar su matrimonio, que muere por su hijo y que no es un mantenido, pero lo dejó todo por Paulina y ahora a ver cómo empieza de cero.

Vamos, lo que dicen tantas señoras de cuando les da puerta el marido, con la diferencia de que quien lleva los pantalones en esa mansión es Paulina, aunque sean microshorts a ras de ingles. Detrás de una gran mujer hay un gran hombre y no viceversa, eso era antes.

Con Pau está elegante, hasta cierto punto. Que no le reprocha nada, pero que es una veleta malcriada que antepone el trabajo a la pareja y podría haber hecho mucho más por salvar su historia. Menos mal que no le recrimina, que si no la crucifica viva. Eso es despecho y no el de Mayte Zaldívar cuando Pantoja le levantó a Cachuli.

O mucho me equivoco, o esto es solo el principio de su carrera de padre coraje. Veremos lo que tarda en darnos más datos en un Deluxe a la que Vasile se lo ponga en bandeja. Para varón posmoderno, Colate. Cómo cambia el cuento cuando las cabezas de familia son ellas.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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