‘Mr Bean’ aboga por las presentadoras jóvenes

Rowan Atkinson cree que “las industrias creativas no son el entorno apropiado para aplicar las leyes contra la discriminación”. El actor de Mr. Bean anhela desde hace años una televisión libre de cualquier norma que pueda coartar la creatividad. En su sueño las líneas rojas de lo políticamente correcto no han de ser una excepción. En defensa de esta creatividad sin límites Atkinson se atrevió el miércoles a enfangarse en un debate espinoso, mucho más complejo que los berenjenales en que Mr. Bean se solía meter.

El cómico británico aprovechó un coloquio sobre la edad de las presentadoras de televisión en Radio 4 (BBC) para defender que la edad, el color de la piel o la discapacidad no han de ser un obstáculo a la hora de imaginar los contenidos de la televisión. “Si en un programa quieres sustituir a una persona vieja por una joven o una persona blanca por otra negra o a una persona discapacitada por otra que no lo es has de tener suficiente libertad para hacerlo”, espetó en una carta enviada al programa The media show.

El debate viene de lejos. Comenzó en enero de 2011, cuando la presentadora del programa Countryfile de BBC, Miriam O’ Reilly , demandó a la cadena por un caso de discriminación tras ser sustituida por otra más joven. En la misma época, la televisión pública británica desterró a otras cuatro periodistas entre 40 y 55 años a trabajar fuera del horario prime time. Eso empujó a O’ Reilly, de 51 años, a crear la Plataforma por la Igualdad de las Mujeres y el pasado enero ganó su batalla en los tribunales que le otorgaron una compensación de 150,000 libras (unos 176.000 euros).

La intervención de Atkinson reabre el debate justo después de que el director general de la cadena, Mark Thompson, reconociera que BBC no tiene suficientes mujeres maduras a la cabeza de sus programas. Thompson dijo que el caso de O’Relly ha supuesto “una importante llamada de atención” y que a esa falta de sensibilidad hacia las mujeres mayores en una cuenta pendiente de su programación.

En su carta Atkinson decía que no culpa a O’Relly por emprender acciones legales contra la cadena. “Mi preocupación es que las herramientas que ella ha utilizado para ganar el juicio jamás deberían haber estado a su alcance ya que las industrias creativas son un entorno inapropiado para las leyes antidiscriminación y suponen una amenaza contra la libertad de expresión”. “Es como si Pierce Brosnan se quejara porque le han echado de las películas de James Bond por viejo”, añadió.

O’ Relly, que ha contado que las mujeres se le acercan por la calle para darle las gracias por su lucha, no fue invitada al programa de BBC. En declaraciones al diario The Guardian ha asegurado que cree que muy poca gente está de acuerdo con Atkinson. “Hubo una vez en que pensábamos que los negros y los blancos no debían de estar sentados en el mismo autobús y afortunadamente eso ha cambiado y ahora vivimos en una sociedad más justa y civilizada. La televisión tiene una enorme influencia en la sociedad y tenemos que representarla de manera justa y real. No podemos dejarlo todo en las manos de aquellos a los que llaman creativos”.

En 2004 Atkinson ya lideró una campaña para impedir que las leyes para defender la diversidad cultural interfirieran en los contenidos de la televisión. Por entonces, el actor llegó a pronunciar un discurso en la Cámara de los Comunes. “Hay una clara diferencia entre criticar una religión e incitar al odio hacia un grupo religioso. Según estas nuevas normas muchos de mis sketches estarían prohibidos hoy”, dijo en aquella ocasión.