"Se ha ensañado a cuchilladas"
Aunque parecía sacado de una película de terror, el suceso de ayer era real y dejó conmocionados a los vecinos de Santutxu. Muchos ni siquiera se habían repuesto aún de lo ocurrido horas después, especialmente los testigos del suceso y, sobre todo, los que sintieron la amenaza directa del supuesto homcida. Cuando B. A. K. irrumpió en la cafetería en la que consumó la tragedia, el local se encontraba repleto de clientes. Algunos se escondieron en el baño. Otros lograron escapar. Natalia Liébana lo pasó especialmente mal. "Justo he salido cuando él iba a entrar y he visto desde fuera como se ha ensañado a cuchilladas. Mis hermanas estaban todavía dentro", reveló ayer. Tras los damnificados y testigos, fueron los médicos y las enfermeras del centro de salud El Karmelo los primeros en acercarse hasta el lugar de los hechos. Una extrabajadora del mismo que presenció lo ocurrido les dio el aviso. "Nada más llegar hemos comprobado que la víctima más grave ya no tenía pulso. Estaba muerta. Hemos intentado su rehabilitación, pero no ha sido posible", describió uno de los doctores que atendió a los heridos. El suceso convirtió en ebullición el tradicional trasiego de la calle Zabalbide. Cientos de personas se arremolinaron en la zona durante la mañana para seguir las pesquisas de la Ertzaintza e intercambiar impresiones. Los rumores no tardaron en propagarse. Con el paso de las horas se impuso la normalidad, que no la calma. La fatídica mañana en la que un individuo la emprendió a cuchilladas con los vecinos del barrio, ante los gritos y las azarosas huidas a la carrera de decenas de personas atemorizadas quedaba cada vez más lejos. Por desgracia, su fecha permanecerá marcada.
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