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Los socialistas celebran la libertad

El 'lehendakari' rinde tributo a Ernest Lluch para festejar el final de ETA

Los socialistas elevaron ayer la Plaza de la Constitución, en el corazón de la Parte Vieja donostiarra, a la categoría de símbolo de la libertad, un lugar conquistado por los demócratas después de estar vetado durante muchos años a estos por los ataques y el hostigamiento de los violentos. En este marco emblemático, el lehendakari, Patxi López, quiso recordar ayer la figura del exministro socialista Ernest Lluch y la de quienes durante muchos años han sufrido directamente la amenaza del terrorismo. Ahora, dijo López, "las calles y plazas de Euskadi son de todos" y por ellas "se puede caminar de nuevo sin miedo".

Las palabras de Lluch en un mitin electoral en 1999, un año antes de ser asesinado por ETA, abrieron ayer el acto principal de campaña del PSE. "¡Gritad, gritad, porque mientras gritáis no podéis matar!", les contestó el profesor catalán a un grupo de violentos que le estaban increpando en la Plaza de la Constitución, donde también estuvo la librería Lagun hasta que cerró después de ser la diana de numerosos ataques de los proetarras. López trajo a la memoria estos episodios como ejemplo de la barbarie vivida en el País Vasco: "Si las paredes de esta plaza pudieran hablar, si las calles del casco viejo de San Sebastián pudieran hablar, llorarían en silencio. Llorarían por la arrogancia impune de los totalitarios, por tanta violencia y amenaza sembrada. Llorarían por la libertad embargada tanto tiempo. Y después, lanzarían un largo grito reivindicando la vida, pidiendo la tolerancia para poder convivir todos juntos". Muy cerca de la citada plaza fue acribillado a tiros el edil donostiarra del PP Gregorio Ordóñez y el empresario José Antonio Santamaría, ambos recordados ayer. En este emplazamiento, con la misma simbología, los socialistas celebraron otro acto electoral en las pasadas municipales con la asistencia de la ministra Cristina Garmendia. Entonces, ETA aún no había declarado el fin de su actividad criminal.

El líder de los socialistas vascos, acompañado por los tres cabezas de lista de su partido al Congreso, Ramón Jáuregui, Eduardo Madina y Odón Elorza, dijo dirigiéndose a Lluch que "esta vez sí hemos recuperado la libertad, les hemos derrotado" a los violentos. Y reivindicó un futuro para los vascos basado en "la concordia y la convivencia" y no construido sobre el rencor ni el odio. Ha llegado la hora de "cerrar las heridas y aprender a ser libres", les dijo el lehendakari a los presentes, entre quienes se encontraban varios miembros de su Gobierno y otros cargos socialistas. Les animó a "vencer definitivamente las actitudes totalitarias que aún perviven" en algunos sectores de la sociedad vasca.

Un futuro sin rencor, pero con memoria, reclamó el mandatario vasco. El recuerdo de casi medio siglo de actividad terrorista de ETA debe servir para "reconocer la verdad de lo ocurrido", para "no cometer los mismos errores, ni volver a ña intolerancia y la violencia". Los socialistas quieren, según recordó López en su intervención, abrirse "a la esperanza de un nuevo tiempo" en el que nunca más una librería sea "expulsada a golpe de terror" por parte de quienes quisieron que la Plaza de la Constitución fuese "un territorio prohibido a las ideas y la razón". "Nunca más unos contra otros", sentenció.

En medio de este alegato por la libertad y la convivencia "entre todos", el secretario general de los socialistas vascos confesó que le habría gustado referirse al modelo que plantea Mariano Rajoy. No pudo resistirse a meter una cuña electoral al afirmar que al líder del PP "le encanta que los poderes económicos no tengan ningún freno, pero quiere frenar nuestras vidas y quiere que las mujeres no puedan decidir de forma libre". Pero hecho este paréntesis, López insistió en que ayer tocaba "hablar de la libertad recobrada".

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