Pujol y Prodi lamentan esta Europa
El expresidente de la Generalitat presenta su último libro en Barcelona
Jordi Pujol y Romano Prodi están de acuerdo en muchas cosas, pero discrepan cuando se trata de identificar al culpable de las tribulaciones financieras que padecen los países mediterráneos y España e Italia en particular. El ex primer ministro italiano, que fuera también presidente de la Comisión Europea ?bajo su mandato nació el euro?, señala al "cambio de liderazgo europeo de tinte populista" que "ni siquiera aceptó que se impusiera un control sobre la aritmética del sistema financiero" e impidió que la moneda europea "fuera acompañada por una política económica común". Pujol, por su parte, prefiere asumir su parte de la culpa y señala a la "política insensata" de los países del sur de Europa que desde el norte rico se conocían entonces como el ClubMed.
Prodi acompañó ayer a Pujol durante toda la jornada con motivo de la salida al mercado del último libro del expresidente de la Generalitat, Sembrar, treballar, collir. Escrits de reflexió i d'agitació, 2005-2011 (La Magrana). Por la mañana, en un programa de televisión; a mediodía, con un reducido grupo de periodistas, y por la noche en la sede de la editorial frente al público.
Viejos europeístas convencidos, en ambos casos su discurso de ayer incluía algunas variantes a las viejas alabanzas incondicionales. Pujol, por ejemplo, reconocía que para Cataluña, "el europeísmo puede que ya no forme parte de nuestras soluciones, pero sí de nuestra identidad, por lo que no podemos renunciar a ello". En la misma senda ha llamado a fortalecer la identidad europea, a superar los miedos ?un viejo componente del continente? y a recuperar los valores frente al "hedonismo" que se ha instalado en nuestras sociedades. "Se ha puesto el acento en los derechos y se han aparcado los deberes".
Prodi, por su parte, denunció las disfunciones del modelo europeo, concretamente la regla de la unanimidad. "La unanimidad no existe en democracia", dijo. El euro, añadió, es absolutamente necesario porque permite que el mundo no esté comandado por una sola potencia. Sobre la situación en Italia, Prodi fue parco pero precisó: "¿Berlusconi? What? No conozco...", dijo.
Sobre los movimientos sociales de protesta, el fenómeno de los indignados y el desprestigio de la política, ninguno de los dos abundó en argumentos. Para Prodi, la crisis, el aumento de la injusticia y las diferencias cada vez mayores entre ricos y pobres, así como las sucesivas bajadas de impuestos han generado este malestar en todo el mundo. Pujol considera que no tendrán una traslación política, pero sí una fuerte incidencia social que supondrá nuevos valores, ideas y actitudes en el futuro, "al igual que sucedió con el Mayo del 68".
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