La fatal escapada de Jenny
Una niña de 13 años muere en Bilbao tras caer desde un quinto piso cuando intentaba huir por la ventana
Pasadas las 23:20 horas de la noche del lunes, Jenny, de 13 años, caía desde la ventana del quinto piso de un inmueble ubicado en la calle San Francisco de Bilbao. Tras discutir con su padre, que no le permitía salir de casa a esa hora, la adolescente, enfadada, se encerró en su habitación, ató sus sábanas a la cama y trató de escapar empleándolas como si fueran una cuerda. La tela no resistió el peso y la chica se precipitó al vacío, muriendo en el acto.
Un golpe seco, "como el de una madera al chocar con el suelo", despertó a Leopoldo, que apuraba sus últimas horas de sueño antes de entrar a trabajar en una panadería. Acto seguido, comenzaron a oírse gritos en el angosto patio interior del edificio. Leopoldo, que vive en el primer piso, se asomó por la ventana de la cocina y encontró el cadáver de la muchacha a escasos dos metros. Entró inmediatamente en estado de shock.
Mientras, Francisco, guardia municipal, patrullaba junto a un compañero por el conflictivo barrio. De repente, varias personas se lanzaron sobre el coche y empezaron a pedir auxilio. Indicaban que una niña se había caído desde el quinto piso al patio interior y que necesitaban su ayuda. Francisco se dirigió rápidamente a la parte trasera del edificio y escaló un muro de unos seis metros de altura para acceder al patio interior y tratar de auxiliar a la niña. Al saltar, resbaló sobre el piso mojado por la lluvia, fracturándose una vértebra. Seguramente, deba permanecer cuatro meses de baja.
Los agentes, ya con la ayuda de los bomberos y junto al personal sanitario, siguieron entonces el consejo de un vecino y accedieron al lugar en el que yacía la adolescente desde la ventana del piso de Leopoldo. No pudieron hacer nada por salvar a Jenny, a la que Hugo, un vecino, definía de esta manera: "Era una muchacha divina. Siempre cuidaba cariñosamente de sus tres hermanos pequeños".
Cuando Hugo salió a la calle, se topó con casi un centenar de personas que se arremolinaban en torno al inmueble en el que acontecieron los hechos. "Se vivieron unas escenas de pánico enormes. El padre se daba cabezazos contra las paredes y la mujer gritaba. A los tres hermanos de la niña tuvieron que apartarles de la ventana", explicó Hugo afectado.
Dos pastores de la Iglesia Evangélica de Filadelfia de San Francisco ?uno de ellos cenaba en el momento del accidente con el abuelo de la niña? trasladaron a la familia, de etnia gitana, al centro religioso al que habitualmente suelen asistir. A lo largo del día de ayer, familiares y conocidos permanecieron en esta iglesia. De su lado, varios vecinos del edificio aseguraron no haber tenido constancia del accidente, pese a los gritos.
Según apuntó la Ertzaintza, la familia de la niña fallecida no tiene antecedentes por malos tratos o violencia doméstica. En esta línea, Hugo afirmó: "Es una familia muy normal, están a lo suyo. Nunca hemos tenido ningún problema y en la casa no había más discusiones de las habituales en cualquier sitio. Ha sido algo tremendo que no le deseo a nadie".
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