_
_
_
_

Condenan al alcalde de Naut Aran por conducir borracho y amenazar a los Mossos

El juez retira el carné de conducir diez meses a Ruiz Canela Nieto y considera que incurrió en una falta grave de consideración hacia los Mossos

"Se os ha acabado el trabajo y juro por mi madre y por mi hijo de cuatro años que iré a por vosotros. Hablaré con Artur Mas y con Felip Puig para que no trabajéis más". Con estas palabras intimidatorias se dirigió el actual alcalde de Naut Aran, César Ruiz-Canela Nieto, de Convergència Democràtica Aranesa (CDA), a los agentes de los Mossos d'Esquadra que le pararon en un control preventivo de alcoholemia en el que dio positivo con una tasa que cuadriplicaba lo permitido.

El titular del Juzgado de Instrucción de Vielha ha condenado en dos sentencias a Ruiz-Canela a sendas multas, una de 1.200 euros de multa y privación del carné de conducir durante 10 meses por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y otra de 150 euros por una falta de desconsideración a los agentes de la autoridad. En el juicio celebrado el pasado 27 de abril por el delito, el acusado mostró su conformidad con los hechos y las penas solicitadas. En el de la falta, el fiscal solicitó una multa de 75 euros.

Las sentencias declaran probado que, a las 7,45 horas del pasado día 9 de abril, el acusado conducía su vehículo por la carretera C-28 bajo la influencia de bebidas alcohólicas que afectaban a sus aptitudes para conducir, presentando los siguientes síntomas: "halitosis alcohólica, comportamiento agresivo, excitación, eufórico, irrespetuoso, muy locuaz, habla pastosa, ininteligible, incoherente y repetitiva, con imprecisión de coordinación de movimientos y disminución de reflejos y movimientos oscilantes de la verticalidad". La primera prueba arrojó un resultado positivo de 1,06 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y la segunda de 1,03 mg/l.

Añade la sentencia que, tras detener su vehículo y ser informado de que debía someterse a una prueba de alcoholemia, el denunciado manifestó repetidamente a los agentes que no podían hacerle eso "ya que era alcalde de Naut Aran".

Minutos después y una vez dentro del vehículo policial equipado para la práctica de la prueba, Ruiz-Canela continuó espetando a los agentes que lo que estaban haciendo era "demencial" y que "a un cargo público no se le podía hacer esto", a lo que añadió amenazas como "esto es la guerra" y "os hundiré".

El magistrado estima igualmente acreditado que, tras someterse a la primera prueba de alcoholemia, el acusado arrojó violentamente un teléfono móvil contra el suelo del vehículo, además de propinar varios golpes en el techo y en la mesa del vehículo de atestados. Añade, asimismo, que en el transcurso de la actuación policial, trato repetidamente de intimidar a los agentes diciéndoles que iba a hablar con el presidente de la Generalitat, Artur Más, y con el máximo responsable de los Mossos, el consejero de Interior Felip Puig, para que se quedaran sin trabajo.

La sentencia señala que el denunciado, siendo consciente de la condición de agentes de la autoridad de quienes participaban en un control preventivo de alcoholemia, se dirigió a ellos "en tono manifiestamente vejatorio, amenazante e irrespetuoso con evidente prevaleciimiento de su condición de alcalde y con grave desprecio de la función pública que dichos agentes personificaban".

El juez destaca que en este caso no se trata del comportamiento irrespetuoso de un particular, sino de "la utilización torcida" de un cargo público que abusa de su condición de alcalde para intentar doblegar la voluntad de los agentes y situarse por encima de la ley frente a quienes están llamados a vigilar su cumplimiento. Y añade: "No es éste el comportamiento esperado de un representante público, quien, precisamente por el hecho de serlo, debe ofrecer ejemplo en su conducta pública, sin faltar en un solo instante al deber de sometimiento al imperio de la ley que la Constitución impone a todos los ciudadanos y sin aprovecharse de su cargo para obtener un trato privilegiado".

Al mismo tiempo, el juez elogia el comportamiento de los agentes quienes, sometidos a las "contundentes intimidaciones" del alcalde, situaron su criterio profesional por encima de cualquier conminación, cumplieron sus obligaciones y, lejos de dejarse amedrentar, actuaron como lo harían ante cualquier otro ciudadano.

La sentencia agrega que el estado de embriaguez del denunciado modera el reproche penal inherente a su conducta pero no lo extingue ya que era consciente de lo que hacía. El acusado reconoció haber ingerido solamente una cantidad moderada de vino horas antes de ser parado en la carretera. El juez no cree que deba beneficiarse por la apreciación de una eximente incompleta de embriaguez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_