Oprah dice adiós a lo grande

Como no podía ser de otra manera, la reina de la televisión se rodeó de estrellas para rozar el cielo durante la grabación el martes de su último programa de televisión. Dicen que Oprah Winfrey no sabía quién acudiría a esa última doble grabación, cuyos programas se emitirán el lunes y el martes de la semana que viene, que todos y cada uno de los invitados supusieron una sorpresa para la todopoderosa presentadora.

Puede. Sin duda, la auténtica sorpresa fue la aparición en escena de Maria Shriver, el mismo día en que se sabía que su todavía esposo, Arnold Schawarzenegger, ex Gobernador de California y actor que amenaza con volver, había tenido un hijo hace más de 10 años con una mujer que trabajaba en la residencia familiar.

"Me has dado amor, apoyo, sabiduría y lo más importante de todo, la verdad", le contó Shriver, exreportera de televisión y heredera de los Kennedy, a Winfrey. La amistad de las dos mujeres se remonta a tres décadas atrás. Ayer se comentaba que Wynfrey comía con Shriver el lunes cuando supo que el secreto que su marido -del que está en trámites de separación- había guardado durante tantos años estaba a punto de ser revelado por la prensa.

Sobre el escenario del Chicago's United Center (el habitual estudio de televisión donde se graba el programa quedaba pequeños para los más de 13.000 espectadores que estaban invitados), donde días antes habían jugado los Chicago Bulls contra los Miami Heats el inicio de la semifinal de la NBA -de hecho, el equipo se vio forzado a jugar el domingo porque los técnicos de Winfrey debían comenzar a montar el escenario el lunes-, donde ese mismo día por la mañana el nuevo alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, tomaba posesión de su cargo, Madonna abrazaba a Oprah y declaraba: "es una mujer hecha a sí misma que ha estado en la cima de su profesión durante 25 años y todavía está pateando algunos traseros".

"Puedo sentir vuestro amor", dijo una Oprah vestida de púrpura y con el cabello recogido en una cola de caballo y que en noviembre de 2009 anunció que abandonaba la pequeña pantalla para dedicarse de lleno a su dirigir su propia cadena de cable OWN, que llegará en enero.

"Ustedes han mantenido en pie el show durante 25 años", confesó quién está considerada como la mujer más influyente de la televisión estadounidense.

Todos estaban allí, en Chicago, para aportar un broche de oro al adiós -por voluntad propia- de la gran dama de la televisión tras un cuarto de siglo de reinado. Tom Cruise, quien con una impecable sonrisa declaró que había sido un honor haber estado 12 veces en el programa de la diva desde 1988; Michael Jordan, que llevó a los Chicago Bulls hasta la victoria en seis ocasiones en la década de los noventa, subió al escenario y abrazó desde sus alturas a Winfrey. "Te quiero y has sido mi inspiración", proclamó dulce la estrella del baloncesto.

Stevie Wonder y Jamie Foxx cantaron a dúo Isn't She Lovely para regocijo y orgullo de Winfrey. Halle Berry; Queen Latifah, Diane Sawyer, Beyoncé, Aretha Franklin, Will Smith.... Unos amigos y otros conocidos pero todos con el mensaje común de que Oprah Winfrey había influido en sus vidas y en la de millones de personas en Estados Unidos.

"¿No ha sido lo mejor de lo mejor?", preguntó Winfrey a un público entregado hasta el paroxismo cuando se acababa la grabación. La respuesta fue la esperada y estará en pantalla la semana que viene. El último día que Winfrey aparecerá en pantalla será el miércoles 25 y el contenido del programa aún se está preparando.