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Cada uno a lo suyo

Debate en el CCCB con los cinco principales cabezas de lista de Barcelona. Lo organiza EL PAÍS y tienen barra libre para intervenir, sin los tiempos pautados por imperativo legal de las cadenas de televisión que echan al personal de los informativos (sin culpa alguna por parte de los periodistas). En estos casos, el más espabilado se queda la voz y los otros callan. Los más aprovechados son Hereu y Trias. Alberto Fernández (PP) se apunta a la práctica de Rajoy: en boca cerrada no entran moscas; Gomà se contenta con decir que es verde y (un poco, pero poquito) de izquierdas; Jordi Portabella pierde una ocasión y otra y luego se enfada con las moscas.

Cada uno tiene su discurso y lo suelta. Venga o no al caso. Incluso el vocabulario es una especie de idiolecto. Así, Alberto Fernández no habla nunca de empresarios, sino de "emprendedores". Defiende sus intereses con uñas y dientes. Hereu, además de resaltar la gestión hecha, sabe que tiene que castigar el hígado de Trias. Le llama "delegado del Gobierno de la Generalitat". Lo curioso es que Trias no lo niega, replica que Hereu es delegado del Gobierno de Zapatero.

A medio debate, Hereu alcanza el bazo de Trias, cuando éste reconoce algunas de las cosas bien hechas en Barcelona y la labor de Pasqual Maragall. "¿Entonces, para qué quiere usted el cambio?" La respuesta es llamativa: "Para acabar con la claque". La claque son gentes que aplauden por encargo. Ayer, Hereu llevaba claque. Trias también. La llevan siempre. Esta vez, en el bando del alcalde había más manos.

Gomà se acuerda de golpe de que tiene que criticar a la derecha y rechaza los recortes del Gobierno de Artur Mas. "Eso es un chiste", replica Trias. Portabella no escucha, solo espera la ocasión para intervenir. Algo le pasa a su móvil, lo mira y pierde la ocasión.

Se habla de matrimonio y parece ser que hay varias combinaciones: la de socialistas y ecosocialistas (formando temporalmente un trío con Esquerra); puro pecado; el más "canónico", dice Hereu, de CiU y PP.

Solo coinciden en la necesidad de que en Barcelona se implanten los coches y las motos eléctricas para que haya menos contaminación y menos ruido. Hereu sostiene que los barceloneses dan buena nota al transporte público (sin decir que las encuestas las paga la propia empresa) y Trias se queja de que en Barcelona se pinta mucho y mal. Un ejemplo: hay mucho carril bus en los que ni siquiera cabe un autobús.

Ya no hay tiempo, pero vuelven a enredarse. El moderador, Francesc Valls, les ha permitido el espectáculo. Eso, al menos ha ganado el público.

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