_
_
_
_
Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal

Buceando en los agujeros azules

Paco Nadal

Una de las razones que me ha traído a Andros, la isla más grande de Bahamas, es que aquí están algunos de los blue hole más famosos del mundo: los agujeros azules. Cavernas excavadas por la disolución de la caliza o por acción de fallas tectónicas hace millones de años y que más tarde, cuando el nivel del mar subió, quedaron sumergidas como cuevas submarinas.

Cuando sobrevuelas Andros, los blue hole se ven desde el aire como ventanas redondas (ojos de buey, dirían los marinos) que conectan con un oscuro y tétrico mundo subterráneo. La misma sensación que te da al acercarte a ellos y preparar el equipo para sumergirte: ¿qué coño hago yo aquí, si ahí abajo todo es tenebroso?

Hay blue holes cuya boca de acceso está en tierra. Como The Guardian, uno de los más famosos de Andros y el primero en el que nos sumergimos: un sistema cavernario con más de 700 metros de galerías topografiadas y 150 metros de profundidad. Confieso que he practicado mucho la espeleología y mucho también el buceo, pero nunca los había practicado juntos: el espeleobuceo me ha parecido siempre la actividad de exploración más peligrosa del mundo.

Así que cuando me sumergí en el agua verde y viscosa (¿por qué le llaman entonces blue hole?) de The Guardian, acompañado por dos instructores del centro de buceo del Small Hope Hotel, confieso que el corazón se me desbocaba. Nada más tirarte al agua tienes la sensación de no ver nada: y es que no ves. La primera capa es una mezcla de agua dulce y salobre y partículas en suspensión con visibilidad nula. En esas condiciones bajas a unos 12 metros de profundidad y te internas por una diaclasa poco más ancha que tú, que desciende sin pausa. El acojono es mayúsculo, creedme. Sigues la luz del de delante, pero la turbidez del agua es tal que si te separas un metro... lo pierdes. Y también pierdes el cabo guía si no andas con cuidado.

Así pasan 10 interminables minutos, hasta que por fin la turbidez desaparace y te ves flotando en un líquido oscuro pero transparente, en el techo de una gigantesca sala subterránea con las paredes llenas de estalactitas. El fondo de la sala ni se intuye. Estás a unos 200 metros de la boca y a 45 metros de profundidad. Sabes que no puedes perder los nervios, que tienes que salir por donde has entrado y que el autocontrol es la clave para salir vivo de esa.

Y en vez de ponerte nervioso, te invade una paz infinita. Te sientes ingrávido y feliz en ese útero de piedra, perdido allí en el interior de la tierra, en uno de los medios más hostiles que puedas imaginar. Pero la adrenalina que descargas te coloca en un nirvana espiritual.

Hay también blue holes cuya boca de acceso está en el fondo del mar. Como el Big Blue Hole, frente a la costa Este de Andros, que hicimos más tarde y al que corresponden las fotos azules. Este sí que era "blue" gracias a las corrientes marinas. También es más sencillo que el Guardian, sobre todo en torno a la gran boca de acceso y las primeras galerías.

El espeleobuceo son palabras mayores y no se lo aconsejaría a nadie que no tuviera una buena preparación y una templanza a fuerza de bombas. Pero lo bueno de estos blue holes de Bahamas (como en los cenotes mexicanos o de Belice) es que siempre que vayas acompañado de un guía experto (como Antonio Romero, mi guía mexicano del Small Hope, que recomiendo vivamente), puedes acceder solo a los primeros metros de galerías y disfrutar de un gran espectáculo de colores y contrastes submarinos y de una experiencia adrenalínica en el límite del "no va más".

Fotos© paco nadal / antonio alpañez

Comentarios

Sencillamente bellísimo!!!!!
¡Leí este post como si fuera un cuento de terror, boludo!
Paco, ¿que formación de buceo tienes? ¿de qué asociación?
A mi el buceo me asusta, me siento desprotegida debajo del agua, en la inmensidad del oceano.Eso si, los valientes que sean capaces de ello, seguro que disfrutan muchisimo de la belleza de las profundidades. Debe ser una maravilla.
Brutal!!! No creo que lo haga nunca
Buffff...yo tampoco me veo capacitado..pero la verdad es que debe ser una aventura impresionante. Saludos.
Te ademiro y te felicito, Paco. Yo no me meto en una cueva debajo del mar así me maten!!! :)
Palabra de honor que jamás practicaré el espeleobuceo ¿quién inventó la palabrita? Y más preguntas ¿Qué estabas buscando allí además de practicar lo del hacer "el norteamericano"? ´ Es que no quiero ni mirar... somos bien raritos los humanos. Besos espeleobuceador.
¡Venga, Paco, que no tienes edad!. Eres demasiado joven para ese deporte de 'jubilaos'. Tu de 'paganini', y a ellos -seguro- se lo pondrán a mitad de precio. Un abrazo [que me parto y me parto,......, de risa].
A veces tengo que releer el texto,en este caso,porque no se si sere capaz ,o si, de meterme en el utero de nuevo para volver a nacer. Te felicito ,realmente hay que partir de cero para tocar el cielo,como dice la cancion. Moltes gracias.Una abrazada.
Increíble
Ohh, deberías haber avisado de que ibas a hacer un cambio de diseño y de dominio. Repasando los blogs a los que estoy suscrita en mi Google Reader me paré en el tuyo, sorprendida por el tiempo que hacía que no actualizabas. ¡Qué sorpresa! Cambió la URL y me había "perdido" todos tus últimos post. Ya está actualizado pero ahora me voy a tener que pegar un "atracón" y lo disfruto menos...
Qué experiencia Paco! Tu post me produjo una angustia infinita... no tengo el coraje para hacer buceo. Un abrazo,
Los que dicen que ni locos prueban el buceo es porque les asusta lo desconocido, pero si hicieran memoria (mucha) recordarían que durante 9 meses se pasaron flotando en un entorno seguro, y de verdad que cuando uno supera la fase de ¿qué hago yo aqui?, bucear es la experiencia más relajante del mundo, y el silencio que se "oye" ahí abajo es increíble. Enhorabuena Paco, yo buceé en cenotes en México y es fabuloso, pero no sé si me atrevería con la visibilidad cero.
...a mí no me pillas allí. Más bien a cielo abierto, en el otro lado del blue hole, en la cima de cualquier monte. Ayyyy me daría un mal! yo soy más bien pirata de superficie, ya sabes que adoro el "esnorquel". Horas y horas puedo pasar...pero no me hagas meterme en esos agujeros.
mmm...no sé si se ha publicado elcomentario. :-( Te decía que a mí no me pillas ahí. La paz espiritual la alcanzo con otros métodos...también el nirvana. Excitante, decías entre tiburones... si no estuviéramos en "horario infantil" te contaría lo que es excitante... pues no, mal pensaos (aunque también). Y o estoy al otro lado de esa cueva, en lo más alto del monte, y subo, isgo subiendo y bajo... volando en parapente o a pie, pero respirando aire puro, que me dan pánico las botellas.Me quedo con la versión ligth del buceo, ya sabes que adoro el "esnorquel".
Ay Paco, hermoso! Todavia estoy sin respiracion con todos esos "holes". Tu ten cuidado que nosotros, tus discipulos, estamos aqui con el alma en un puno. Besisismos

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_