Despedida y cierre

Ya está. La pirotecnia de Ricardo Caballer ha disparado la última mascletà fallera con otra ovación interminable. El público ha llenado la plaza del Ayuntamiento y sus alrededores y una hora después aun esperaban el saludo de las falleras desde el balcón consistorial. Allí arriba, la alcaldesa, Rita Barberá, ha disfrutado del espectáculo en compañía de la ministra de Sanidad, Leire Pajín y los responsables de la firma de moda Prada.

Justo debajo del balcón, un grupo de simpatizantes y miembros de las Juventudes Socialistas han colocado unos globos en apoyo al candidato del PSPV a la alcaldía, Joan Calabuig y la policía, según han relatado, les ha obligado a retirarlos y les ha tomado los datos. La policía les ha explicado que el ambiente estaba muy tenso, según cuentan.

En todo caso, Calabuig estaba arriba en el balcón en compañía de Inmaculada Rodríguez Piñero, secretaria general del ministerio de Fomento, Ana Botella, delegada del Gobierno en Valencia, Jorge Alarte, líder regional del partido y concejales de corporación como Carmen Alborch. Por parte del Gobierno regional, ha aparecido el consejero Juan Cotino y su compañera Belén Juste.

Pajín ha atendido a los medios y se ha referido a la situación en Japón y en Libia y Botella ha explicado lo poco que se sabía sobre el suceso de los policía de Bétera. Además de los políticos, el altísimo periodista Luis del Olmo estaba también entre los invitados. Del Olmo llevaba, por cierto, la misma insignia de Covento Jerusalén que Cotino.

Se ha hablado de muchas cosas en la terraza. Barberá paseaba a sus invitados de Prada hasta el tradicional aperitivo y los concejales comentaban la fenomenal audiencia que tuvo la Nit del Foc. Se han barajado cifras superiores a los 500.000 asistentes.

Por otro lado, la federación de hostelería ha planteado que unas Fallas largas benefician a todos. La entidad ha recordado que el año que viene las Fallas durarán menos por cuestiones de calendario, en concreto cinco días por los nueve de este año. Por eso, pide que se reflexione sobre la conveniencia de celebrar la cremà en sábado, pues así habría más días de fiesta, las posibilidades de explotación turística aumentarían y los falleros gozarían más días de Fallas.