Desembarco político en la 'mascletà'

Se acerca el final y quien puede, se deja ver. Unos se acercan por estrategia, pues las elecciones quedan cerca;algunos lo hacen por salir en la foto y otros, simplemente, para ver la mascletà desde el balcón consistorial de Valencia, espacio ideal para quedarse sordo.

El líder nacional del PP, Mariano Rajoy, visita mañana ese balcón, cosa a la que ya se han prestado hoy algunos compañeros de partido, como el responsable de Comunicación, Esteban González Pons, y la presidenta de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho. Además, los socialistas valencianos, con Jorge Alarte a la cabeza, han vuelto en comitiva a la espera de sus ministros, que vendrán el sábado.

Mientras tanto, la ofrenda a la virgen ha empezado y la curiosidad ha conquistado el mapa fallero: Todos los ninots criticones que aún no habían pasado por el objetivo de las cámaras ya lo han hecho.

La falla Arrancapins, premio Picota del grupo municipal socialista en la crítica local, es el último caso. La comisión de la calle de Pintor Vila Prades ha plantado un barco pirata que simboliza un estado del bienestar y un mundo a la deriva por los manejos del "gran capital", como se lee en los carteles pegados al casco, y que está capitaneados por Rafael "Blasc Sparrow", acompañado del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, con trabuco y mono al hombro, y con el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, como mascarón de proa y envuelto en billetes de lotería. Como siempre, la comisión se ha encargado del diseño, los textos y la construcción del monumento, en el que tampoco escapa a su crítica sin tapujos la oposición al PP, a la que se afea su debilidad como alternativa.

La oposición real, la de carne y hueso, ha aparecido en la terraza del Ayuntamiento, al menos la socialista. Todos junto, cosa habitual estas fallas, han visto la traca de Europla, de la que el concejal popular Silvestre Senent ha confirmado: "Aixó sí que es una mascletà".