"Los 110 km/h no me parecen efectivos, pero mi obligación es hacer que se cumplan"
El director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Joan Aregio, ha charlado esta mañana con los lectores de EL PAÍS sobre la normativa actual de circulación durante una hora de coloquio.
En uno de los momentos en los que la normativa vial está sufriendo una reforma sustancial, Joan Aregio (CiU), nuevo director del Servicio Catalán de Tráfico, ha debatido con los lectores de éste periódico las medidas que se están llevando a cabo desde el SCT y desde el Gobierno central en materia de circulación vial.
Desde las declaraciones de Fernando Alonso hasta el afán recaudatorio de los radares. "Creo que personas de impacto mediático como él tendrían que proponer a los ciudadanos el cumplimiento de las normas existentes. A mí tampoco me parece efectiva esta medida, pero considero que mi obligación es hacerla cumplir".
La decisión de eliminar el límite de 80 km/h también ha sido uno de los aspectos tratados en la charla. "Técnicamente, lo que facilita la fluidez del tráfico es la gestión, a través de la velocidad variable de los vehículos determinadas horas del día". El baile de velocidades, también ha generado una nueva partida de gastos. "Los cambios del límite de 80 han costado aproximadamente 76.000 mil euros, por tanto no me parece un coste desorbitado teniendo en cuenta el beneficio que se ha obtenido", ha matizado Aregio. Respecto a los altos índices de contaminación de Barcelona, Joan Aregio ha tratado de distinguir los diferentes elementos que dan lugar a estos registros. "Focalizar todos los problemas de calidad del aire de Barcelona o de cualquier otra ciudad en el tráfico es un error. El esfuerzo en contra de la contaminación tiene que ser multidireccional y no es de recibo que de las 73 medidas que aprobó el gobierno tripartito para combatir la contaminación, una de las pocas que se ha llevado a cabo haya sido solo la del tráfico".
La ruptura de la asociación entre la ampliación del número de radares y el incremento de las multas es una de las materias pendientes para el director catalán. "Efectivamente los radares sirven para el control de las infracciones en puntos de especial y potencial accidentalidad, pero también es cierto que al cabo de los años algunos de ellos han quedado desubicados desde este punto de vista y solo sirven para sancionar. Creo que lo más justo sería reubicarlos en sitios donde cumplan de manera más efectiva su lucha contra los accidentes".
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