Era una de las citas del año. La Jamonada. Sagrada. El último sábado antes de Navidad a mediodía. A un amigo vegetariano le regalan cada año un jamón y en un acto que le ha honrado durante años lo ponía a disposición de los colegas. Enterito. Además ponía la casa. Nosotros aportábamos el resto: bebida, ensaladas, tartas, empanadillas y una siempre muy celebrada macedonia. Ha habido jamonadas muy grandes. Se llegaron a prolongar de media mañana hasta entrada la noche. Ha habido jamonadas que han superado las fiestas de fin de año.
Hasta que llegaron los niños. Primero uno, luego dos… hasta perder la cuenta y convertir la jamonada en un chiquipark. Ni bueno ni malo. Pero ya no era la jamonada. Los niños juegan, hacen barullo, reclaman la atención, invaden mucho espacio y lo hacen pegaditos a los mayores. El intento de habilitar un cuarto de juegos fracasó estrepitosamente.
Total, que cuando al sonrojo de los propios padres se sumaron las voces críticas de algunos asistentes que no tienen niños, la jamonada murió sin que la enterrara nadie en concreto. El luto fue inmenso, pero la cita original llevaba tiempo de parranda.
Pues eso, que cuando procreamos, por mucho que sea lo mejor que nos ha pasado, que queramos a los enanos más que a nada en el mundo y que no lo cambiaríamos por nada… por mucho que toda la sarta de tópicos sea verdad, también lo es que los niños pueden dar al traste con una de las mejores citas festivas del año.
Por suerte a la jamonada le ha salido una parienta. Todavía no tiene nombre. Se celebra de noche. Sin jamón. Y sin niños. La primera, la semana pasada, fue todo un éxito. ¡Gracias Andre!
Comentarios
Sensacional, genial, buenisimo.... !!!!niños+fiestas adultas=fracaso... aceptemos eso, y aceptemos que hay vidas sin hijos!!! Gracias por hacernos tíos, pero no más niños en las jamonadas!!!!
Muy buena entrada, me ha encantado.Tía Andre siempre al quite....
hace poco tuve la tradicional quedada navideña con el grupo de amigos de toda la vida, y si es cierto que ahora ya no la celebramos cenando en un restaurante, sino comiendo en casa de alguno (cosa que es posible porque cada vez más tenemos casa propia) sigue siendo exactamente lo mismo. Por suerte, las niñas sí se animaron a hacer fiesta por su cuenta y dejaron a los mayores comer tranquilos.
Está claro que los hijos, sobre todo cuando son niños, pues son eso, niños y además es lo que tienen que ser! Pretender introducirlos en una fiesta adulta, con todos sus excesos aunque imperceptibles (?) para ellos, no es una buena idea a pesar de lo mucho que los queremos o precisamente por eso...
¡Qué fiesta más curiosa! Supongo que también influyen las edades de los niños, si los niños se conocen de antes, etc. Nosotros quedamos con amigos en casa y los niños, como ya se conocen, se distraen bastante. También alguna vez hemos dejado al niño un par de horas con sus primos, así, él juega a sus juegos, y nosotros estamos relajados con los amigos, sin estar pendiente de si los niños se suben por encima de los muebles o rompen la vajilla y se hacen daño, etc.
Por cierto, ¡feliz año!
Que bueno!! aceptamos jamonada sin jamon + padres sin hijos como plan alternativo!!LA vida cambia en cuanto se tienen hijos. Los cambios compensan, por supuesto, pero eso no quita que haya planes que no se pueden hacer de igual manera.Por eso, los abuelos hacen un papel maravilloso!!!
Que bueno!! aceptamos jamonada sin jamon + padres sin hijos como plan alternativo!!LA vida cambia en cuanto se tienen hijos. Los cambios compensan, por supuesto, pero eso no quita que haya planes que no se pueden hacer de igual manera.Por eso, los abuelos hacen un papel maravilloso!!!
Que bueno!! aceptamos jamonada sin jamon + padres sin hijos como plan alternativo!!LA vida cambia en cuanto se tienen hijos. Los cambios compensan, por supuesto, pero eso no quita que haya planes que no se pueden hacer de igual manera.Por eso, los abuelos hacen un papel maravilloso!!!
Que bueno!! aceptamos jamonada sin jamon + padres sin hijos como plan alternativo!!LA vida cambia en cuanto se tienen hijos. Los cambios compensan, por supuesto, pero eso no quita que haya planes que no se pueden hacer de igual manera.Por eso, los abuelos hacen un papel maravilloso!!!
Con mis amigos de la universidad también practicamos la fiesta del "jamón" el fin de semana antes de navidad. Cuando llegaron los niños tuvimos que pasar de una noche en garito de Madrid a fin de semana en una mega-casa rural en la sierra con varios ambientes... De momento, funciona! Veremos qué pasa cuando el número de niños supere al de adultos..
este texto, fragmento tan honesto escrito por una persona que también es madre, amiga, mujer, etc etc etccccces tan solo la punta del iceberg... deja traslucir un sentimiento mucho más hondo y profundo que tiene que ver con la LIBERTAD i la INDIVIDUALIDAD humana.este rato sin hijos, el instante "individual", hace sentir que eres ÚNICO, HASTA INMORTAL... la vida por delante! me parece SANO para los adultos, y para los niños, para que juntos podamos valorar estos espacios, donde olvidarse de todo, relajarse, dejarse llevar, reir, descontrolar, hace que nos sintamos NIÑOS y LIBRES y ADULTOS a la vezchan-chan!
Y que no se diga que no se intenta seguir celebrando las cosas como si no hubiera niños....quién no haya intentado hacer como si nada que levante la mano....porque yo me pasé el fin de año con 6 niños menores de 5 años en casa, todos gritando al unísono, peleándose por el mismo juguete y matándose...y los mayores como si lloviera...Se intentó, pero no se consiguió, hay que estar por ellos, y en estas fechas más que nunca, que van con mucho sueño y con mucha exitación con tanta novedad..Aixxx
Lo mejor para evitar estas cosas es no tener niños e impedir la entrada en tu casa de niños ajenos. Tener hijos y querer mantener ciertas tradiciones es como casarse y querer seguir teniendo sexo. O lo uno o lo otro.
Es una VERDAD absoluta.. Por desgracia este tipo de reuniones se van complicando cuando los amigos empiezan a tener hijos, y tu que no los tienes, te ves limpiando mocos, dando pures y tirada jugando a los gormitis con los hijos de los demas.. porque ademas, los padres, estan deseando juntarse con gente para olvidar, precisamente, que lo son, y durante unas horas ignorar a sus pequeñas bestias. Al final de la fiesta prometes que el proximo año no volveras a caer en la trampa... pero la amistad es la amistad y volvemos a vernos todos.. incluso tenemos presentacion de algun nuevo miembro a la pandilla.
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Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.