Raimon, jamón y la raza de guerreros
Unos 400 ultras se concentran en dos actos en Barcelona para celebrar el Día de la Hispanidad con discursos xenófobos
El 12 de octubre es el día ideal para celebrar que los españoles pueden tomar cerveza y disfrutar de una tapita de jamón. Eso piensa Manuel Canduela, presidente de Democracia Nacional, el partido de ultraderecha que este mediodía ha reunido a 300 personas en la montaña de Montjuïc, en Barcelona, para festejar el Día de la Hispanidad. Una jornada que no solo conmemora la conquista de América por "una raza de guerreros", sino también, ha explicado Canduela, la victoria sobre "el reino islámico de Granada" en 1492.
Ese triunfo militar permite que, actualmente, los españoles puedan consumir cerveza y jamón, ha dicho Canduela en alusión a los preceptos del islam, que prohíbe tomar alcohol y comer carne de cerdo. "Si no hubiéramos ganado, no podríamos hacer ni eso y, ahora, seríamos el culo del islam", ha dicho Canduela ante una audiencia compuesta por personas de la tercera edad y, sobre todo, jóvenes con la cabeza rapada que han exhibido banderas preconstitucionales y camisetas con la inscripción "orgulloso de ser español". Al discurso islamófobo, Canduela ha añadido, de soslayo, unas gotas de antisemitismo: "Ese año nos liberamos del yugo musulmán y judío".
"opereta del independentismo"
El presidente de Democracia Nacional ha conseguido elevar su voz por encima del viento que ha azotado con fuerza en la montaña de Montjuïc y ha arrancado los mayores aplausos al ridiculizar las costumbres de los nativos americanos. "El Día de la Hispanidad no es ver que salgan por televisión personas vestidas de aztecas. Esa gente practicaba sacrificios rituales como quien hace una barbacoa", ha sentenciado antes de arremeter contra la "opereta del independentismo" y sus protagonistas: los "cochinos" y "repugnantes" Joan Laporta y Josep Lluís Carod-Rovira.
En otra concentración ultra, que ha congregado a 100 personas en el centro de Barcelona, los manifestantes han cambiado el calificativo hacia los independentistas: de "cochinos" pasaron a ser "cerdos". Pero, eso sí, usando autores catalanes como Joan Maragall y Àngel Guimerà o citando al cantautor valenciano Raimon. "Nosaltres no som d'eixe món!", gritan desde el estrado.
El público dista mucho de ser fan del cantautor. Es más, si el valenciano tuviera que dar un concierto ante tal audiencia, seguramente huiría: un centenar de personas, la mayoría skinheads de ultraderecha, perpetrados con banderas de España y de sus comunidades autónomas, algunos con tatuajes tan clarificadores como el águila imperial, el número 88 -que en la simbología significa Heil Hitler, por el orden que ocupa la letra H en el abecedario- e incluso un brazalete de recuerdo de la Guerra Civil, en alemán.
Arengas
El ultraderechista Movimiento Social Republicano monta el acto en el centro de Barcelona, disconforme con el que se celebra en Montjuïc. El que ha sacado mayor tajada de la nueva ubicación ha sido el bar de la esquina, que ha repartido numerosas cervezas entre un público al que poco importaba las citas a Raimon y las referencias culturales: lo importante era responder a las arengas como un organizado coro, tarea a la que han respondido a la perfección. "Espartanos: Esto es España", ha vociferado Jordi de la Fuente, candidato a la Generalitat del movimiento.
El mensaje, odio: a los inmigrantes, a los judíos, a los políticos, a los bancos, a los separatistas -De la Fuente cortó la estrella de una estelada-, y reivindicación de la Hispanidad que, como ha dicho el candidato de Lleida, Jordi Garriga "siempre ha supuesto la garantía de la superioridad de la raza de un imperio que no es imperial".
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