_
_
_
_
HISTORIAS DE LOS LECTORES… SI YO TE CONTARA

Aunque precaria, agradecida

Las condiciones de las becas son muy malas, pero al menos nos dejan tener un primer contacto con ese gran desconocido para la juventud de hoy que es el trabajo

PRECARIA. Así es como la tercera becaria que estuvo con mi jefa (yo soy ya la quinta) bautizó nuestro puesto. Sí, está claro que trabajar 39 horas semanales por 800 euros al mes (y siendo el inglés absolutamente necesario) está muy cerca de la precariedad. Pero yo no quiero hablar de esa faceta.... Si queremos ver el vaso medio vacío tenemos de sobra para hundirnos como el Titanic, pero a quién le interese: aquí va la otra cara de las becas.

Acabé la universidad y salí sin tener ni idea de nada... esa educación tan teórica de la universidad española está todavía por cambiar, y mientras encontré "mi beca" sabiendo más de medicina (gracias a Anatomía de Grey o House) que de redactar un acta de un consejo de administración. No sabía y nadie quería cogerme, aunque fuera de pasante (= sin pagarme un duro) porque "perdemos el tiempo enseñándote", no les compensaba. Hasta que al final la encontré... y allí me fui.

"Que sepas que no os podéis quedar aquí, cuando acabe el año os vais y viene el siguiente becario". Fue lo primero que mi actual jefa dijo cuando me senté para hacer la entrevista. Empecé como empezamos todos, con la cabeza gacha porque era la becaria de turno, el segundo día tuve una videoconferencia con 10 personas al otro lado de la pantalla, el primer informe que escribí, la primera metida de pata (¡y menuda fue!), pero... ¿por qué no decirlo? También sentí por primera vez que era capaz de contribuir al trabajo de un gran equipo, la primera vez que fui consciente de hasta dónde podría llegar, la primera vez que me fui a casa dando saltos de alegría por todo lo que había hecho.

La gente dirá que yo he tenido suerte porque he encontrado una beca con gente dispuesta a enseñarme, con paciencia para explicarme incluso qué es un préstamo sindicado (que lo sabe hasta el que no trabaja en una caja), y una jefa que ha sabido formarme y dejarme hacer para que ahora sea yo la que cada vez me creo más lo que algún día podré llegar a hacer.

A todas las personas y entidades que, aunque sea como "precarios", nos dejan tener un primer contacto con ese gran desconocido para la juventud de hoy que es el trabajo, que nos dan la oportunidad de disfrutar y seguir aprendiendo con lo que nos gusta, y que ante todo, nos dan motivos y fuerza para seguir luchando en estos tiempos tan revueltos. A todas y cada una de ellas: ¡gracias por darnos esta oportunidad!

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_