La boda de Victoria
La futura reina de los suecos se casa el sábado con Daniel Westling. A la ceremonia asisten representantes de todas las casas reales
Victoria de Suecia, la última heredera soltera de la realeza europea, se casa. La cita es el sábado en Estocolmo. Tras una relación de ocho años, no aceptada al principio por su padre el rey Carlos Gustavo, la princesa de los suecos y su futura reina, contraerá matrimonio con Daniel Westling, en la catedral de San Nicolás. Un 19 de junio de 1976 se casaron, en ese mismo lugar, los padres de la princesa, Carlos Gustavo y Silvia. A la cita acudirán representantes de todas las casa reales. La española estará representada por la reina Sofía, los príncipes de Asturias, la infanta Elena y los duques de Palma de Mallorca.
Victoria, nacida en Estocolmo el 14 de julio de 1977, es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Upsala y Máster en Historia y Ciencias Políticas, la primogénita de los reyes de Suecia es la única mujer heredera del trono del mundo. Aunque al nacer en su país regía la ley Sálica (que le impedía como mujer suceder a su padre en el trono), la norma fue abolida dos años después y fue nombrada heredera en 1980. Los Reyes de Suecia tienen dos hijos más: Magdalena y Carlos Felipe. La primera, que tenía fecha de boda, ha roto con su prometido y se ha ido a vivir a Nueva York, aunque regresa para la boda de su hermana. Carlos Felipe sale con una porno star, relación no reconocida por sus padres.
La historia de Victoria y Daniel tiene un feliz final aunque nació con muchos problemas, ya que al Rey le costó mucho aceptar la relación de su hija con su entrenador personal. Ahora Westling es empresario de una gran cadena de gimnasios. Tras la boda, Westling recibirá el título de Príncipe y duque de Västergötland.
Los festejos arrancarán el jueves con una cena privada en el Palacio de Drottningholm, presidida por Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. Y la víspera a la boda tendrá lugar una recepción del Gobierno en el Ayuntamiento de Estocolmo y por la noche un recital en la Sala de Conciertos de Estocolmo con la presencia de los invitados reales, que será presidido por el Parlamento sueco. Tras la boda en la catedral de San Nicolás, el sábado a las tres de la tarde, los novios viajarán en cortejo por el centro de Estocolmo hasta el Palacio Real. Allí se celebrará el banquete nupcial, al que asistirán cerca de 1.200 invitados.
También se han organizado otros actos denominados Love Stockholm 2010. Uno de los que ha contado con más participación ha sido el protagonizado por célebres poetas suecos que han escrito poemas de amor, que serán reproducidos por los altavoces del céntrico bulevar de Strandvägen.
Los organizadores esperan que unos dos millones de personas participen en los festejos, tomando como referencia la boda del príncipe Federico de Dinamarca en Copenhague en abril de 2004; entre ellos, unos 2.000 periodistas. El Instituto Sueco de Venta al por menor calcula en 2,5 millones de coronas (243.000 euros) los ingresos por la venta de recuerdos relacionados con el enlace matrimonial.
Cara y arcaica
"Demasiado cara y arcaica". Así ven los republicanos suecos la boda de la princesa Victoria. Y es que la oposición a la monarquía en Suecia está creciendo.
"No tenemos nada contra ellos", ha dicho Mona Abou-Jeib Broshammar, quien encabeza la Asociación Republicana de Suecia, de la familia real. "La familia real no hace ningún daño. El problema, subrayó, es "que heredan el poder".
Pero esta oposición "no tiene nada que ver con las personas realmente", insiste el abogado y abolicionista Peter Althin en una película documental sobre la monarquía que se emitió en la televisión pública sueca lunes. Incluso admitió que a vería la boda del sábado. "Por supuesto que voy a ver. Es maravilloso ver a dos personas que se aman", dijo.
Para Broshammar, el sentimiento anti monarquía en Suecia, tiene que ver con la necesidad de "evaluar nuestro alternativas democráticas."
También hay quien presenta a Victoria, como una mujer cautiva. Una página muestra una foto de la novia junto a una mujer con un burka. Y es más de un comentario sugiere que en Suecia, la princesa es la menos libre de los dos. Según la legislación sueca sucesión, el heredero al trono no puede casarse sin el consentimiento de ambos a su padre, el rey, y el gobierno.
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