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Las esposas de Millet y Montull desconocían el saqueo

Ambas alegan que tenían cargos "de paja" en el entramado del Palau de la Música

Marta Vallès y Mercè Mir, esposas de Millet y Montull e imputadas en el presunto desvío de fondos del Palau de la Música, han alegado hoy que su cargo de administradoras de las empresas con las que se articuló el desvío era meramente formal y desconocían su actividad, ya que confiaban en la gestión de sus cónyuges.

Las esposas de Fèlix Millet y Jordi Montull han declarado hoy como imputadas ante el juzgado de instrucción número 30 de Barcelona, que investiga el desvío, junto al abogado y ex secretario de la Fundació Palau de la Música-Orfeó Català Joan Segura, que ha afirmado que el cobro de bonus extraordinarios por parte de los ex directivos del Palau era irregular. Según fuentes judiciales, las declaraciones de Vallès y Mir apenas se han prolongado una hora, dado que las esposas de los ex dirigentes del Palau se han negado a contestar a las acusaciones particulares y sólo han respondido las preguntas formuladas por la Fiscalía y las defensas.

Además, no han tenido que extenderse en explicaciones sobre el papel de las empresas Aysen, Bonoima y Aurea con las que se articuló el desvío de fondos del Palau dado que ambas mantienen que su cargo al frente de esas sociedades era sólo formal, por lo que se limitaban a estampar su firma cuando sus esposos se lo pedían, y desconocen su actividad y facturaión.

Confianza ciega

Las imputadas han añadido que se hicieron cargo de esas sociedades porque confiaban en la gestión de sus esposos y que carecen de formación vinculada al ámbito empresarial: Marta Vallès ha especificado que sólo tiene un bachillerato y estudios de piano porque su padre opinaba que el latín y la química "no servían para nada".

Concretamente, la esposa de Millet administraba las empresas Bonoima y Aysen Producciones S.L., unas sociedades sin actividad alguna ni apoderados que habrían servido para canalizar el desvío de fondos del Palau de la Música, y fundamentalmente del Orfeó Català, mediante facturas falsas o la elaboración de estudios sin contenido.

Por su parte, Mercedes Mir figuraba como administradora de la empresa Aurea S.A., que también permitió el desvío de fondos y, junto a Bonoima, sirvió para que Millet y Montull se autoadjudicaran jugosas remuneraciones extras con ocasión de la celebración del centenario del Palau de la Música.

Bonus extraordinarios

Algo más de luz para el proceso judicial ha arrojado hoy el imputado Joan Segura, ex secretario de la Fundació hasta el año 2004 y que supuestaente custodiaba el original del libro de actas en el que se aprobaron los bonus extraordinarios cobrados por Millet y Montull, al parecer extraviado y del que el juzgado dispone sólo de una fotocopia. Segura ha reconocido que en las actas fundacionales de la Fundació figuraban un acuerdo añadido a los estatutos que permitía el cobro de remuneraciones extraordinarias a los gestores de la institución cultural.

Sin embargo, ha matizado que para hacer efectivo el cobro de esos bonus, de cerca de un millón de euros y que Millet y Montull percibieron desde el año 2001, era necesario contar con una aprobación expresa de la junta de la Fundació, acuerdo que los ex directivos no tenían. Segura ha explicado que en el año 2007 mantuvo con Fèlix Millet una conversación sobre los mencionados bonus, en la que recordó al ex presidente del Palau que para cobrarlos debía contar con la autorización expresa de la junta de la Fundació.

Respecto al original del libro de actas por el que se creó la Fundació en 1990, Segura ha argumentado que lo dejó en manos de la entidad cultural cuando la abandonó en el año 2004 -para ser sustituido por el también imputado Raimon Bergós- y que, aunque lo volvió a ver en el año 2007, no sabe nada más de él e ignora su paradero. El letrado imputado, que tras abandonar el cargo de secretario siguió cobrando como abogado del Consorcio del Palau de la Música hasta el año 2007, facilitó a Millet y Montull la creación de las sociedades pantalla con las que se perpetró el desvío.

No obstante, Segura ha aclarado que no sabía el destino que los ex dirigentes del Palau iban a dar a esas sociedades y ha negado que cargara al Consorcio del Palau de la Música, nutrido de fondos públicos, dos minutas por valor de 2.500 euros en total, pese a que consta un escrito en el que el propio Montull se lo solicita.

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