La fiscal mantiene los tres años de prisión para dos directivos de Inama y el cierre durante un año

La fiscal ha mantenido su acusación contra dos gerentes de la maderera Finsa Inama entre 2001 y 2008: tres años de cárcel para cada uno y la clausura durante un año de la planta, ubicada en la reserva de la biosfera de Urdaibai. El juicio, iniciado el lunes en el Palacio de Justicia de Bilbao y en el que se les acusa de un delito contra el medio ambiente por los ruidos y emisiones generados por la fábrica, quedó visto hoy para sentencia.

En la jornada final de las conclusiones, la fiscal destacó que Finsa Inama, "que empezó como una mera serrería" fue ampliando sus instalaciones, especialmente desde 1995, pero funcionó con dos permisos de 1963 y 1973. "Esas son las únicas licencias hasta 2008. No existe ninguna otra que ampare esta actividad".

El ministerio fiscal asegura que existe "incidencia en la salud" de los vecinos de Urdaibai

Explicó que la fábrica ha conculcado otras normas, como la ley general de Medio Ambiente del Gobierno o las normas subsidiarias de Muxika, municipio donde se ubica. Consideró probada la superación de los umbrales legales de ruido, "para lo que contamos con múltiples fuentes de información", entre los que citó a los informes de las empresas AAC y Labein. Incluso los peritos de Labein, "una empresa especializada y de prestigio", declararon que "el ruido era molesto, audible y evidente".

El ministerio fiscal aseveró que, en este caso, concurren "todos los síntomas de efectos del ruido dictados por la Organización Mundial de la Salud" y enfatizó las declaraciones de los ertzainas que realizaron atestados, tras denuncias de los vecinos, "que han dicho que no vivirían allí".

Censuró la gestión de los dos acusados, "que tenían pleno conocimiento de que la empresa carecía de licencias y de que no se adoptaran medidas". Destacó que el Gobierno vasco reclamó la adopción de medidas correctoras en 1996 y envió nuevos requerimientos a la empresa en 2003, 204 y 2006, sin que Inama las cumpliera.

Sobre las emisiones a la atmósfera, señaló que el técnico de Medio Ambiente del Gobierno "confirmo la validez" de que "excedían de lo autorizado" y recordó las declaraciones de los ertzainas, que comprobaron la nube de polvo de serrín procedente de Inama. "Los agentes decían que incluso percibían las partículas en la cara. Pues esa es la situación constante que padecen los vecinos".

Aunque la fiscal afirmó que no existen "datos suficientes" para asociar las lesiones denunciadas por los vecinos (afecciones respiratorias y al corazón), pidió a la juez "que aprecie la incidencia en la salud" en la sentencia que se dicte. Este hecho y la "continua dejación" de la empresa ? "lo que es compartido por el El Gobierno vasco, como dice en 2007 en el expediente sancionador \[dictado contra Inama\]"? le han llevado, explicó, a pedir la aplicación de la pena en el tramo superior. O sea los tres años que, si el fallo lo confirma, supone la entrada en prisión de los dos imputados.

La acusación particular mantuvo su petición de seis años de prisión, la clausura definitiva de la planta e indemnizaciones por 630.000 euros para los 21 vecinos denunciantes. "No puede haber tibieza. Lleva 15 años reincidiendo", explicó. La letrada destacó que el permiso de 1975 para una actividad de media hectárea ha persistido para la situación actual, en la que ocupa siete hectáreas, produce el triple y tiene una planta de cogeneración "que quema 63 toneladas de fueloil al día". Unas actividades que, enfatizó, carecen de licencia.

La defensa de los dos ex gerentes, que pidió la absolución, aseguró que no existe ninguna normativa "que imponga niveles de emisión de ruido" y que "nadie" puede discernir "el ruido de una fuente u otra". "Inama es un foco emisor de ruido, que concurre con otros que proceden del tráfico, la naturaleza o las hojas de los árboles". Desacreditó las mediciones acústicas de los ertzainas, a quienes incluso acusó "de faltar a la verdad·", y también el informe de Labein. "La emisión del ruido es inocua y la calidad del aire es normal". Sobre la falta de licencias, afirmó que en 1995 tramitaron ante el Gobierno la petición de permiso y, como el Ayuntamiento constató que las medidas eran correctas, "por eso decimos que tenemos licencia".