La Policía se incauta en Alicante y Sevilla de 1.425 kilos de cocaína en cajas de bananas

La Policía ha encontrado en un almacén de frutas de Alicante y otro de Sevilla sendos palés de plátanos macho procedentes de Ecuador en cuyo interior se ocultaban 1.425 kilos de cocaína, después de que el pasado enero localizara otro alijo de la misma droga que ya había llegado a los supermercados. La droga intervenida ahora llegó por barco hasta el puerto de Sagunto (Valencia), aunque ningún narcotraficante acudió a recoger el cargamento.

Esta incautación ha sido posible gracias a dos operaciones anteriores desarrolladas en Valencia y Madrid. La primera operación culminó el pasado diciembre con la aprehensión de 228 kilos de cocaína en el puerto de Sagunto. En la segunda, desarrollada en Madrid, se detectó una partida de 77 kilos escondida en un cargamento de fruta procedente de Ecuador. Por este motivo, a finales del mes de febrero, la Policía puso en marcha la operación Macho, en la que se han realizado controles exhaustivos de importaciones de plátano macho y otras frutas procedentes de Ecuador, con destino a varios puertos españoles. Además del control de los envíos se han efectuado seguimientos de las mercancías hasta los distribuidores finales.

Así, a primeros de abril, los agentes detectaron en el puerto de Sagunto una partida sospechosa de plátanos que había llegado en un contenedor y cuyo destino era la venta al por menor en tiendas y supermercados. Los agentes vigilaron el cargamento, que nadie intentó llevarse mientras se distribuía. Una vez en su lugar de destino y antes de que la mercancía fuera manipulada para su comercialización, la Policía inspeccionó la carga que había sido llevada a dos almacenes de fruta de Alicante y Sevilla, con resultado positivo. En Alicante se incautaron de 624 paquetes con cocaína, con un peso total de 710 kilos, ocultos en el interior de las cajas de plátano macho. En Sevilla, los agentes hallaron un segundo palé de plátanos con otros 624 paquetes de droga con un peso total de 715 kilogramos.

En ambos casos los envases estaban confeccionados de la misma manera y marcados con los mismos anagramas que determinan el origen de la droga.