Dormir en un circo
La 'troupe' del Raluy crea un hotel en sus antiguas caravanas circenses
El circo Raluy estrenará la próxima semana en el Moll de la Fusta de Barcelona, donde ha instalado su carpa hasta el 17 de enero, el primer hotel sobre ruedas: se trata de una caravana inglesa de 1939, restaurada para albergar a cuatro personas que quieran ver las funciones del día y quedarse a dormir con el equipo.
Según ha explicado hoy un miembro de la troupe Raluy, William Giribaldi, se les ocurrió la idea de ofrecer este servicio al constatar que mucha gente del resto de España viaja a cataluña para ver sus funciones de circo tradicional antiguo.
Así, por 200 euros por noche los huéspedes pueden hacer vida de circo viendo el espectáculo y alojándose en esta caravana, una de las más de 40 que tiene la familia Raluy desde que el abuelo, Luis Raluy, empezó a coleccionarlas.
En L'Aldea (Tarragona) la compañía tiene una finca donde guardan algunas caravanas que no pueden salir a la carretera y donde restauran las que van adquiriendo. Muchas proceden de Alemania y otras del Reino Unido, éstas últimas caracterizadas por tener techos muy altos, paredes exteriores de chapa -no de tablones de madera como las alemanas, para preservarlas de la lluvia- y con ventanas sólo a un lado para que desde el exterior del recinto circense no se pudiera acceder a las caravanas para robar.
El Hotel Raluy tiene una habitación doble, otra con dos literas, un baño y un comedor totalmente equipados, y después de estar en la capital catalana viajará a Mollet (Barcelona) y Zaragoza. Los que hagan reservas para el hotel tendrán que alojarse en la ciudad en la que se encuentre el circo.
Premio Nacional
"Nunca nos ha gustado hacia dónde evolucionó estéticamente el circo", ha asegurado una de las nietas del fundador, Louisa Raluy, quien indicó que es caro y dificultoso vivir y moverse con esas caravanas tan antiguas -todas son de principios del siglo XX-, pero confían en ese valor del circo. Raluy es Premio Nacional de Circo en 1997, concedido por el Gobierno, y Creu de Sant Jordi en 2006, concedida por la Generalitat.
Su nuevo espectáculo, El viatge, recrea la historia nómada de los Raluy e incorpora los números típicos de países que han visitado durante sus últimas giras como el malabarismo con pelotas de Edward Swyrsky, el folclore y la sátira típica de Europa del Este de los Kutrenov y las peligrosas acrobacias de la escuela italiana que presenta Steacy Tebas.
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