Independiente e impertinente
Jeanne Moreau dice que la curiosidad le lleva a seguir enamorada del cine. - Esta noche recibirá el Mikeldi de oro de Zinebi
Llegó a la rueda de prensa con 10 minutos de antelación, atendió los requerimientos de los fotógrafos, alabó la belleza del Teatro Arriaga y se interesó por saber si seguía pintado con los colores originales. Jeanne Moreau (París, 1928) desplegó ayer todo su encanto de gran dama del teatro y el cine para aclarar que no visita Bilbao sólo porque Zinebi, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje, le entrega esta noche su Mikeldi de honor. Lo hace, dijo, por su pasión por el cine, para conocer y disfrutar del festival. Así que cambió los papeles y fue ella quien preguntó a los periodistas detalles sobre la historia del festival. Quería hablar de cine y a la agenda inicial sumó ayer su presencia en un coloquio con el público, media hora antes de la proyección de su película Plus tard tu comprenderas (Algún día comprenderás) (2008), dirigida por Amos Gitai. "Cada viaje, es enriquecedor", defiende. "He aprendido mucho por mi condición de actriz. Más allá del cliché del glamour he conocido a gente que me ha dejado huella".
En los próximos meses actuará en el teatro en París y uniciará un nuevo rodaje
"Nunca he trabajado la voz. Los cigarrillos realizaron la metamorfosis"
La musa de la nueva ola francesa y actriz favorita de Buñuel, Truffaut o Antonioni es una mujer menuda, que se mueve con elegancia sobre zapatillas deportivas de color plata. Su profunda voz conserva intactos el poderío y el misterio, pero no le da demasiada importancia. "Nunca he trabajado la voz. Nací con ella y los cigarrillos realizaron la metamorfosis", dijo. El uso de la voz para componer los personajes depende, explicó de los temas y los directores. "Con los años te vuelves más exigente, buscas una expresión vocal. Es algo fisiológico, que como los rasgos, va cambiando con el paso del tiempo".
Moreau se ve a sí misma como una mujer "independiente y un poco impertinente" que se deja influir por todo lo que despierta su insaciable curiosidad. Su trabajo, por ejemplo. "El cine es un reflejo del mundo y de la naturaleza humana, de las culturas a las que pertenecen", añade. Por eso sigue atenta a los festivales, a los nuevos realizadores y en los documentales y los cortometrajes contempla los cambios cada vez más rápidos que sufre el mundo.
En su larga carrera Moreau también ha tenido un hueco para dirigir cine. Después de realizar Lumière (1976) y L'adolescente (1979) abandonó el trabajo tras las cámaras. "Quizá no tenía un gran talento como directora, y decidí seguir al servicio de los grandes directores". En otros campos de actividad sigue al pie del cañón. Piensa seguir dirigiendo teatro y anuncia que en diciembre volverá a los ensayos para interpretar en Paris La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas, la obra sobre la sublevación de los judíos contra el Imperio Romano que estrenó el pasado verano en el Festival de Aviñón. Y a principios de 2010 comenzará un nuevo rodaje.
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