Zapatero respalda en Arabia el AVE español a La Meca
El contrato en liza asciende a 6.500 millones
José Luis Rodríguez Zapatero ha llegado este martes a Yeda, en la costa saudí del Mar Rojo, con un objetivo casi imposible y otro muy difícil. El primero es explorar las posibilidades de desbloquear el proceso de paz de Oriente Próximo durante la presidencia española de la UE, a partir del 1 de enero. El segundo, respaldar la oferta española en la pugna por el más importante proyecto ferroviario actualmente en marcha: los 444 kilómetros del tren de alta velocidad que unirá las ciudades de Medina, Yeda y La Meca.
Una docena de empresas españolas (encabezadas por Renfe y Adif) tienen el 49% (el otro 51% pertenece a socios locales) de uno de los consorcios que aspiran a hacerse con un contrato de 6.500 millones de euros. La mitad de ese importe corresponde a la ingeniería, electrificación, señalación y el material móvil; y el resto a la operatividad durante los próximos 12 años de una línea por la que circularán los millones de fieles que acuden cada año a cumplir uno de los mandatos sagrados del islam: el Hajj o la peregrinación a La Meca.
Está previsto que se adjudique en agosto, pero antes se librará una batalla a cara de perro pues la oferta española se enfrenta a las de China, Corea, Alemania y Francia. De todas ellas, la más peligrosa es la última. No es casualidad que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, visitara Arabia Saudí pocos días antes que lo hiciera Zapatero, acompañado por su ministro de Fomento, José Blanco. Según este último, ganar en Arabia Saudí sería una magnifica carta de presentación de las empresas españolas para obtener futuros contratos en Estados Unidos o Brasil.
Con la cena que le ha ofrecido el rey Abdullah, el presidente español completa una gira en dos fases por Oriente Próximo, que en octubre inició en Siria, Israel, Jordania y Líbano y por la mañana incluyó una visita a El Cairo, donde se reunió con el presidente Hosni Mubarak. Haciendo gala de su optimismo, ha asegurado que en el último mes no se han producido avances, pero tampoco retrocesos graves en el proceso de paz. Lo cierto es que está empantanado e incluso ha bloqueado la elección del secretario general de la Unión por el Mediterráneo, con sede en Barcelona, ante la negativa de los pases árabes a sentarse con el ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman, al que tachan de racista.
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