Santa Coloma se echa a la calle para protestar contra la corrupción
Varios vecinos han intentado entrar en el Ayuntamiento para expresar desde el edificio municipal sus quejas
Desde que el pasado 27 de octubre la Audiencia Nacional destapó el caso Pretoria, en Santa Coloma de Gramenet se han ido sucediendo improvisadas protestas. Esta tarde, sin embargo, la Plataforma per a la defensa de la Serra de Marina i Can Zam convocó una manifestación para denunciar en firme la corrupción urbanística. Fue la más multitudinaria en la ciudad en los últimos años y en torno a 1.500 vecinos se echaron a la calle bajo el lema Fora polítics corruptes! Ara, el poble!. Aunque al inicio de la marcha se encendieron un poco los ánimos, la manifestación transcurrió sin incidentes.
La plataforma organizadora, que agrupa a una treintena de asociaciones vecinales y entidades culturales colomenses, reclamó "la disolución del actual Consistorio y el nombramiento de una junta gestora hasta las próximas elecciones municipales". Aunque por el momento son únicamente tres los imputados en Santa Coloma por el caso Pretoria -el alcalde, Bartomeu Muñoz, el concejal de urbanismo, Manuel Dobarco, y el director de servicios municipales, Pascual Vela-, los convocantes de la protesta responsabilizan de lo sucedido a todo el Ayuntamiento.
"Este gobierno ha tenido mayoría absoluta y ha legitimado proyectos de especulación urbanística, porque no tienen otro nombre. Ni los compañeros del alcalde han hecho nada para evitarlo por disciplina de partido ni tampoco la oposición ha hecho su papel", denunciaba su portavoz, Jordi Pastor. La plataforma reclamó, además, una moratoria para las obras que hay en la ciudad en proyecto y en ejecución, y que los miembros del Gobierno municipal publiquen las declaraciones de patrimonio que hicieron antes de entrar en el Consistorio y las actuales.
Entre las pancartas que portaban los vecinos había continuas referencias a las reformas urbanísticas más polémicas de Muñoz: el proyecto Cubics, la recuperación del parque de Can Zam y las expropiaciones en el barrio de Safaretjos y Singuerlín Nord. Algunas asociaciones vecinales aseguran que llevaban años remitiendo sus denuncias en materia de urbanismo al Consistorio, pero que no había forma de negociar con el gobierno municipal.
"A pesar de que aquí siempre habíamos dicho que hacían falta más equipamientos y parques, y menos pisos, algo nos sorprendimos cuando se destapó todo. La respuesta que nos daban era que se iba a esponjar Santa Coloma y luego nada de nada. Mire el parque de Can Zam. Tenía 13 hectáreas y poco a poco se lo van comiendo", comentaba un vecino, Ángel Nogales. "El gobierno y la oposición conocían nuestras quejas desde hace 10 años", añadía Jaume Torrent, que con pesimismo remachaba: "el problema no es poner un alcalde u otro, es el sistema el que está podrido".
A lo largo de la marcha, que concluyó en la plaza de la Vila, se sucedían los corrillos. Había vecinos que a modo de protesta portaban ensartadas en una caña ristras de chorizos, una corbata, y una receta de cómo preparar el "pollo al Ayuntamiento", que incluía "un pollo, un despacho, y varios chorizos". No todo el mundo estaba para sarcasmos, había quien contaba al pie del Ayuntamiento lo mal que lo está pasando por culpa de la crisis y lo duro que se le hace ver en las noticias este caso de corrupción.
En Santa Coloma el paro se ha duplicado con la recesión y está en torno al 17%. Muchos de los nuevos desempleados no trabajaban en la ciudad, sino en empresas de la construcción o del sector de la automoción del área metropolitana.
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