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Lara se desentiende del Espanyol

El empresario vende su paquete accionarial a un grupo afín al presidente Sánchez Llibre, encabezado por Ramón Condal

José Manuel Lara Bosch ha vendido casi todo su paquete accionarial. Máximo accionista del Espanyol durante 12 años, se desligó del consejo de administración tras vender Sarrià (1997), cuando 100 kilogramos de Goma-2 derribaron el antiguo estadio. Entonces, Lara se marchó del club por discrepancias con la actual junta. Siempre han existido pugnas ideológicas entre ambas partes, hasta el punto de que el empresario exigió en varias ocasiones la dimisión del presidente Daniel Sánchez Llibre, quien ahora ha anunciado su idea de dejar el club, por más que no ponga fecha de caducidad. Incluso se empieza a considerar, cada vez con más fuerza, que no cumpla su palabra y siga en la presidencia. "Nunca he tenido presión para que me fuera o me quedara. Es una decisión mía", mantuvo ayer Sánchez Llibre. Cambio de gobierno accionarial en el Espanyol el mismo día que se abren las puertas del nuevo estadio de Cornellà. Se cierra el círculo.

El vicepresidente Ramón Condal encabeza un grupo de siete personas —la mayoría son de la directiva y no tenían acciones, como August Newton— que han comprado el paquete accionarial del Grupo Planeta. Lara se reserva unas 500 acciones que en su día compró su padre, significado mecenas del club. El montante de la operación ronda los 3,5 millones de euros —Lara ha vendido al mismo precio que compró— y, según los propios directivos, el presidente del Espanyol no ha participado en la compra. Algunas fuentes oficiales desmienten este último punto.

Sánchez Llibre se queda con poco más del 19% del capital social —después de comprar este año la mitad de las acciones de la empresa Quat— y el 20% de Lara se reparte entre Condal —copropietario del Grupo Condis de supermercados— y sus seis allegados. Todos ellos son afines al presidente Sánchez Llibre. "Con esta compra, este grupo puede controlar más del 50% de las acciones del Espanyol", revela sin titubeos Joan Collet, vicepresidente blanquiazul. La coyuntura facilita tremendamente la sucesión del presidente actual, en caso de que finalmente se produzca. Si el grupo no se dividiera, podría mantenerse en la cúspide del club tantos años como quisiera.

Era la tercera vez que Lara Bosch y Sánchez Llibre se reunían en un mes. "Se trataba de encontrar una vía común, un modelo de gestión", argumentan desde la directiva. Pero no acercaron posturas. "Los clubes son complejos. Existen los dueños jurídicos y sentimentales. No sé si me siento más socio por el paquete de acciones que tengo o por los años dedicados al Espanyol. Creo que es lo segundo", reconoció Lara Bosch para justificar su venta accionarial; "y no me atrevo a plantear un plan de viabilidad mejor que el de Dani. Tampoco es que me lo crea a pies juntillas, pero no es una burrada". Cansado, añadió con ironía: "No queremos seguir siendo el que toca los cataplines a Dani o el violón al actual consejo".

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