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Condenados a 17 años los etarras Kantauri y Lola por el secuestro de Aldaya

Tendrán además que indemnizar a la familia con 1,2 millones de euros

La Audiencia Nacional ha condenado al ex dirigente de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, y a la etarra Dolores López Resina, Lola, a 17 años de cárcel a cada uno por ordenar y ejecutar el secuestro del industrial José María Aldaya en mayo de 1995. Además, deberán indemnizar a la familia con 1,2 millones de euros por los daños morales sufridos durante el cautiverio.

La sentencia de la Sala de lo Penal ha impuesto a los terroristas la pena solicitada por la Fiscalía, aunque ha rechazado su petición de que se prohíba a los condenados volver al lugar del delito o donde resida la víctima y su familia, al estimar que no se les debe aplicar un "trato diferente" a otros procesados ya condenados por este delito. Por el secuestro de Aldaya ya habían sido condenados el etarra Francisco José Ramada y su esposa Sagrario Yoldi, y la Audiencia Nacional recuerda que en el caso de estos procesados no se solicitó esa medida de alejamiento prevista en el Código Penal.

Más información
Sentencia contra Kantauri y Lola por el secuestro de Aldaya

La sentencia considera probado que Kantauri ordenó al etarra Francisco José Ramada que comprara un local en Guipúzcoa y construyera un habitáculo donde poder retener al industrial, para lo cual le facilitó el dinero. Una vez que Ramada adquirió una nave industrial de alrededor de 125 metros cuadrados en Irún, construyó allí con la ayuda de Lola una "covacha" de tres metros de largo, 1,90 de ancho y 1,95 de alto, de forma que quedaba oculta.

La Sala, presidida por Javier Gómez Bermúdez, les hace responsables de un delito de detención ilegal. El tribunal considera que Kantauri y Lola son autores materiales del secuestro, "el uno como dirigente de la banda, y la otra como ejecutora de los planes criminales".

El secuestro

El 8 de mayo de 1995 a las nueve de la noche, cuando José María Aldaya se dirigía hacía su casa en automóvil, su vehículo fue bloqueado por otro coche del que bajaron varios miembros de ETA armados con pistolas, entre ellos, Dolores López Resina.

Los etarras obligaron al industrial a ponerse una capucha y a acostarse en la parte trasera del vehículo de los asaltantes, donde le ataron de pies y manos, le pusieron una inyección que le durmió y le llevaron al citado habitáculo, que disponía de un colchón, una mesa, una silla de acampada y un cajón para las evacuaciones fisiológicas.

Allí, le mantuvieron secuestrado hasta el 13 de abril de 1996, tiempo durante el cual López Resina, cuyo ADN fue encontrado en el zulo utilizado para el secuestro, vivió en la nave y se encargó de su vigilancia.

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