Natalie Portman, los volantes y Lanvin

Blanco nuclear, rojo Valentino, azul índigo o malva. Con escote en palabra de honor o sin él. Pero siempre cubierto de volantes y de un largo por encima de la rodilla. Éste es el vestido-tipo que luce cada noche la actriz Natalie Portman en la alfombra roja del festival de Cannes, del que este año es jurado. Un modelo que oculta su delgadez extrema y resalta la elegancia natural de su rostro. Podrá parecer mera coincidencia, pero no lo es. La mayoría de estos vestidos han sido diseñados por su compatriota Alber Elbaz, responsable de la maison Lanvin, en el que la actriz israelí siempre confía.

El idilio entre el diseñador y la actriz comenzó semanas antes de los Oscar, en el año 2005. La actriz buscaba un vestido para la ceremonia, en la que era candidata a mejor actriz secundaria por su papel en la película de Mike Nichols, Closer. Alber Elbaz le propuso un vestido de inspiración griega y color chocolate, que la hacía parecer una cariátide de la Acrópolis. El conjunto fue uno de los más aplaudidos de la noche y convirtió a Portman en referencia para las revistas de moda.