Angela Merkel, jardinera excepcional
La canciller asegura que adora las plantas y detesta "las malas hierbas"
La canciller alemana, Angela Merkel, no sólo es buena cocinera, como ha confesado en repetidas ocasiones, sino también buena jardinera. De hecho, cuando descansa en su casa en el noreste de Alemania dedica parte de su tiempo libre a luchar contra la mala hierba.
"Me gusta que en los pocos planteles que tengo no haya malas hierbas", explica Merkel en una entrevista que publicará mañana el semanario alemán Stern.
El afán por las plantas le viene ya desde niña, pues ya entonces le gustaba mantener orden en el jardín, al parecer con éxito, pues "todo" lo que ha plantado "ha crecido bien".
En su oficina de la Cancillería berlinesa tiene una crásula ovata, un árbol suculento de hojas gruesas y carnosas, y una palmera, que ella llama su "pequeño oasis".
"Siempre he sentido mucho respeto por lo bien que se han adaptado las especies y sobre cómo logra sobrevivir la naturaleza", dice la jefa del Gobierno, quien la semana próxima participará en la recta final de la conferencia de la ONU sobre biodiversidad que se celebra en Bonn.
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