Por un alcoholímetro defectuoso

Falló el alcoholímetro. El actor y antaño politoxicómano Mickey Rourke ha recibido un regalo anticipado de Navidad al ver como la policía de Miami, que le detuvo hace un mes por conducir una motocicleta borracho, ha reconocido que el test de alcoholemia al que fue sometido era defectuoso y, por tanto, no puede ser utilizado para inculparle.

Fue a principios del pasado mes de noviembre cuando el protagonista de Sin City y Nueve semanas y media fue arrestado mientras conducía una Vespa por Miami Beach de forma no muy ortodoxa. Ante las temerarias maniobras de Rourke, los agentes de policía le pararon y le hicieron soplar en el alcohómetro. Los resultados del test revelaron que, haciendo honor a su fama, el actor sobrepasaba, aunque por poco, la tasa de alcohol permitida par conducir.

Ahora, más de un mes después, un informe policial reconoce que el test, que dio una tasa de alcohol del 0,081, justo por encima del límite, estaba roto. El letrado de Rourke, Michael Grieco, confirmó que el actor ya ha recuperado su carné de conducir aunque el fiscal de Miami todavía no ha retirado formalmente los cargos. Grieco cree que la fama de pendenciero y vividor de su cliente fue lo que realmente motivó que fuera detenido y pasara una noche en el calabozo por culpa de un alcoholímetro defectuoso.