Nicole Kidman revive su pesadilla
La actriz se enfrenta a la presión mediática en el proceso contra el 'paparazzi' que la acosó en una persecución en coche por las calles de Sidney
Nicole Kidman ha tenido que revivir la pesadilla vivida en enero de 2005, cuando un conocido fotógrafo australiano la acosó por las calles de Sidney. La actriz ha relatado hoy, ante una sala repleta de periodistas en el Tribunal Supremo de Nueva Gales del Sur, la terrorífica persecución del paparazzi que intentó fotografiarla a toda costa cuando circulaba en coche por la mayor ciudad del país.
La actriz australiana, que para entrar a la sala tuvo que lidiar con una nube de periodistas y fotógrafos, aseguró que durante el suceso, que tuvo lugar el 23 de enero de 2005, estuvo "muy, muy asustada". Nicole iba agachada, según dijo, en el asiento de atrás, mientras su representante, John Manning, conducía y le iba contando como el fotógrafo Jaime Fawcett y otro colega les daban caza en dos vehículos distintos.
"Manning me decía que conducían como locos, que se habían saltado semáforos en rojo y habían pasado al otro carril", relató a la juez Carolyn Simpson. La voz de Manning "era de pánico", dijo una Kidman, que se presentó vestida muy clásica, con falda gris, blusa blanca y jersey rosa pálido, y mantuvo el semblante serio con las manos juntas encima del regazo durante casi toda la sesión.
La actriz contestó a las preguntas casi siempre con frases cortas y añadió: "Estaba asustada y me preocupaba que sufriéramos un accidente". Kidman fue citada por el tribunal para determinar si Fawcett debe ser indemnizado, después de que este presentara y ganara una demanda por difamación contra el rotativo The Sun Herald, propiedad de la empresa Fairfax, que le calificó como el fotógrafo "más odiado" de Sydney.
Hace una semana, la sala escuchó los testimonios de Wendy Day, relaciones públicas de la actriz y su padre, Anthony Kidman, además del de Manning. Kidman había demandado antes a Fawcett y a otro fotógrafo por acoso en 2005, argumentando que su constante presencia frente a la puerta de su residencia atentaba contra su libertad de movimientos.
Los juzgados emitieron entonces una orden de restricción que obligaba a ambos periodistas a mantenerse por lo menos a veinte metros de distancia de la casa, pero luego fue retirada.
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