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Pilar Bardem, la hermana Luisa en 'La sospecha'

La actriz encarna a la directora de un colegio que acusa al cura más popular del centro de pederastia

Pilar Bardem vuelve al teatro con la obra La sospecha, en la que encarna a la madre Luisa, la directora de un colegio que acusa al cura más popular del centro de pederastia. La veterana actriz, que se pone a las órdenes de la directora Natalia Menéndez, que le ofreció este papel porque necesitaba una actriz que tuviera una idea del compromiso por experiencia personal, propia, y además que gozara de sentido del humor y capacidad para la ironía. La sospecha se estrena el jueves 26 de octubre en el Hotel Principal de Alicante y finalizará su gira en febrero de 2008 en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, donde La Bardem "echó a andar con un año".

"Me quedé tocada al leerla. Me pareció una obra necesaria de hacer", ha explicado Pilar Bardem. "La pederastia existe, es real y no hay que cerrar los ojos", pero también existen "juicios paralelos y prejuzgar nos puede llevar a equivocarnos", ha explicado la actriz de reconocido prestigio.

Y es que Bardem encarna a un personaje que formula su acusación de pederastia contra un cura sin tener demasiadas pruebas, después de ser avisada de la actitud extraña de un niño que ha estado en la sacristía con él.

Preparación del personaje

La actriz, para defender cada palabra sobre el escenario, se ha construido todo un pasado para su personaje, una mujer que estuvo casada pero que perdió a su marido en la II Guerra Mundial, y que es religiosa por una vocación tardía.

"En los valores sustanciales que encarna la hermana Luisa en el montaje, estoy de acuerdo", ha añadido después de recordar, con ironía, que acabó el colegio con votos hechos a la Madre Teresa de Calcuta, según ha confesado en el libro La Bardem. Mis memorias.

La función se ambienta en una escuela católica del Bronx neoyorquino en 1964, algo que Natalia Menéndez ha respetado porque, según coincide con la actriz, la distancia en el tiempo facilita hablar de un asunto tan espinoso como la pederastia, en torno al que gira esta obra que, no obstante, tiene otros puntos de interés: el abuso, el poder, la duda, la pérdida de la fe y la cultura del veredicto. "Cada vez resulta más difícil ser inocente", ha apostillado la directora de escena.

EFE

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