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La caída de una catenaria en L'Hospitalet vuelve a sembrar el caos en todas las líneas de Renfe

Los pasajeros de al menos dos trenes quedaron atrapados varias horas en los vagones

La tranquilidad en Renfe dura poco. Casi un mes después del último gran colapso en la estación de Sants, el transporte ferroviario de Barcelona vivió ayer por la tarde una nueva jornada de caos. Miles de pasajeros resultaron afectados. La caída de un cable de la catenaria, a unos 700 metros de la estación de Bellvitge, en L'Hospitalet, obligó a interrumpir la circulación en dos líneas de Cercanías durante horas. Las líneas de media y larga distancia sufrieron retrasos parecidos. Y los pasajeros de al menos dos trenes, uno en Bellvitge y otro en Garraf, quedaron atrapados en el convoy más de dos horas.

La avería en el sistema de electrificación se produjo a las 19.00. Adif, el organismo que gestiona las infraestructuras ferroviarias, envió hasta el lugar del incidente decenas de operarios y una locomotora diésel. Los bomberos aportaron cinco vehículos más, informa David Fleta. Sin embargo, más de tres horas después aún no se había resuelto la avería, que obligó a interrumpir la circulación de trenes en el tramo entre Sants -el principal nudo ferroviario de Barcelona- y Castelldefels.

El cable afectado, aún con flujo eléctrico, quedó colgando sobre la vía y provocó chispas por el contacto con el agua de la lluvia que ayer cayó con fuerza sobre Barcelona. Un tren que en ese momento circulaba cerca de Bellvitge, en dirección a Barcelona, quedó detenido. Algunos pasajeros decidieron abandonarlo y forzaron la apertura de las puertas. Para evitar riesgos, Renfe decidió cortar el suministro eléctrico. El resto de los pasajeros permanecieron en el interior del convoy.

En una primera nota oficial, Renfe y Adif informaron de que estos pasajeros habían sido "transbordados a otro tren mediante pasarelas de interconexión". La compañía y el organismo gestor rectificaron después y aseguraron que los pasajeros quedaron atrapados hasta las 21.47, momento en que el tren pudo ser remolcado por la locomotora diésel. También quedaron atrapados en la estación de Garraf los pasajeros de un Altaria procedente de Madrid. Ante la imposibilidad de seguir avanzando, el tren permaneció más de dos horas parado. Después, los pasajeros fueron llevados hasta Castelldefels en autocar.

En Cercanías, el colapso afectó a miles de personas en la hora de regreso a sus hogares. La línea del aeropuerto quedó fuera de servicio. Renfe habilitó 18 autobuses para cubrir el trayecto entre Barcelona y el aeropuerto. También tuvo que ser cortada la línea 2, que discurre por la costa. El resto del servicio de Cercanías acumuló retrasos superiores a 50 minutos. Poco antes de las 22.00, Renfe restableció la circulación por el tramo afectado, pero por vía única. Y la avería, a esa hora, seguía sin reparar, informó Renfe.

La avería del cable afectó a trenes de media y larga distancia, que también acumularon retrasos de más de una hora.

Indignación en Sants

La estación de Sants volvió a ser ayer por la tarde un escenario de locura. Los pasajeros, indignados por la incidencia, buscaron en vano la información en atención al cliente, informa Maiol Roger. Allí se acumularon centenares de personas. Entre ellas, José Manuel Vizcarra, que se puso a gritar y fue expulsado de la sala por el personal de Renfe. "Me he gastado 28 euros en taxi desde el aeropuerto. Y ahora no hay trenes para ir a Blanes. ¿Tengo que pasarle el ticket al señor Renfe?", se preguntaba indignado. "Aquí nadie sabe cuándo llegan o salen los trenes. Y lo peor es que lo has de asumir", se quejaba David. También criticaba la escasa información Cels García: "Me están enviando de un sitio para otro. Para entrar te hacen pagar, pero luego no puedes coger el tren. Esto es espantoso".

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