Un tifón se interpone en el camino de Tarantino
El director estadounidense vivió una 'odisea' para llegar a un acto oficial con la presidenta filipina
El director estadounidense Quentin Tarantino vivió hoy una auténtica aventura en Manila como consecuencia del tifón Sepat. La capital filipina amaneció con los colegios cerrados por la lluvia diluviana y el viento huracanado. Sólo los más valientes osaban a salir a la calle. Pero Tarantino tenía hoy un acto oficial en el Palacio de Malacañang junto a la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo. Decidió que iba a llegar a su cita.
Acompañado por el director de la novena edición del Festival de Cine Internacional Cinemanila, Amable Tikoy Aguiluz, Tarantino, vestido con el traje tradicional filipino, el barong viajaba en un vehículo con aire acondicionado a la cita.
Las inundaciones provocadas por Sepat transformaron el tráfico en la capital en un caos insuperable para el vehículo, preparado para carreteras adecuadas y recepciones oficiales. Viendo que llegaban tarde, Tarantino y Aguiluz abandonaron el coche y se montaron en la carroza de los pobres filipinos: el pedicab, una bicicleta con sidecar, en cuyo cárter no entra agua, y capaz de trepar a las aceras si llega el caso.
Así, a bordo de un velocípedo y un canoa, la pareja logró llegar al Palacio de Malacñang tarde y empapados, pero con la suerte de que la mandataria todavía no había comparecido.
Tarantino tenía una pinta más que cómica. Se presentó con el barong de vestir, zapatos negros y unos pantalones de chándal, con los que sustituyó a los pantalones negros que habían terminado calados por la lluvia.
El director de Kill Bill, declarado un fan del cine asiático, llegó la semana pasada a Filipinas para recibir un premio en Cinemanila.
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