Prostitutas exigen con una cacerolada frente al Ayuntamiento de Madrid un lugar seguro de trabajo
Exigen que se les considere "en igualdad de condiciones" al resto de los ciudadanos
Alrededor de cuarenta prostitutas se concentraron esta tarde en la Plaza de la Villa de Madrid frente a la sede del Ayuntamiento para exigir, con una cacerolada, que el Gobierno de la ciudad las considere "en igualdad de condiciones" que al resto de los ciudadanos y les "adecue zonas concretas" donde puedan desempeñar su trabajo.
Así lo aseguró la portavoz del colectivo de prostitutas HETAIRA, Cristina Garizabal, que acudió a la concentración para pedir además al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, una reunión en la que discutir "entre todos" cómo utilizar el espacio público.
"Estamos hartas de pedir una reunión con el alcalde. Gallardón sistemáticamente se niega a recibirnos; la última vez nos envió con la señora Botella (entonces concejal de Asuntos Sociales), que demostró un total desprecio hacia las prostitutas y con la que no vamos a volver a reunirnos", sentenció la portavoz de HETAIRA.
La concentración frente al Ayuntamiento comenzó a las 18.30 horas con el lema "Para nuestro trabajo un espacio" y, en ella, la mayoría de las asistentes portaron pancartas en las que se podía leer "Demando sitio para ejercer", "Respeto total al trabajo sexual" o "No a la represión, sí a los derechos", mientras hacían sonar silbatos.
"Las prostitutas hemos estado siempre presentes en desastres naturales, en guerras, en enfermedades y ahora somos parte de la sociedad y somos parte del equilibrio social", exclamó una prostituta.
No al cierre de la Casa de Campo
La mayoría de las prostitutas que asistieron a la concentración también protestaron por el cierre al tráfico privado de la Casa de Campo, hecho que "les impide trabajar".
Por su parte, el delegado del área de Seguridad del Ayuntamiento, Pedro Calvo, señaló en declaraciones a los periodistas que adecuar un sitio para la prostitución "no forma parte de la responsabilidad de ninguna administración" y añadió: "A nadie se le pasa por la cabeza que el uso que tenga la Casa de Campo por las noches sea el del ejercicio de la prostitución".
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