El juicio por la catástrofe natural del 'Erika' comienza hoy
El petrolero derramó 19.000 toneladas de fuel en la costa de Bretaña en 1999
El juicio por el hundimiento del petrolero Erika se abre hoy en París para determinar la responsabilidad de varios encausados, y también para analizar la respuesta a las catástrofes medioambientales.
El 13 de diciembre de 1999, el Erika se fue a pique a treinta millas al sur de Penmarc'h, en la costa de Bretaña (Francia) en medio de pésimas condiciones meteorológicas y después de dos días de dificultades en los que su capitán había lanzado una llamada de socorro. Luego la anuló y después vovió a hacerla, cuando el barco tenía ya vías de agua.
El resultado fue que 19.000 toneladas de fuel se extendieron por aguas del Atlántico y contaminaron cuatrocientos kilómetros de litoral, con daños cuantiosos en la flora y fauna de la zona.
El juicio se centrará en la responsabilidad de particulares y empresas, con las hipótesis de delitos como "contaminación marítima" y "puesta en peligro de la vida ajena".
Entre ellas figura la petrolera francesa Total, que había alquilado el barco y era la propietaria de la carga, y también el capitán, Karun Mathur, que vive en India y no tiene previsto acudir al juicio, ya que pesa sobre él una orden de detención.
También son procesados tres oficiales de la Armada francesa, de los que se piensa que no calibraron adecuadamente la amplitud del desastre; el propietario del navío, el italiano Giuseppe Savarese, y la entidad de este país que controla la buena condición de los barcos, la RINA.
En diciembre de 2000 la Oficina francesa de Investigación de Accidentes (BEA) hizo público un informe en el que afirmaba que el Erika estaba en un estado lamentable y que el naufragio se debió a problemas de su estructura, hasta el punto de que la compañía británica Shell lo había rechazado para sus cargas.
Ante el Tribunal Correccional de París se han constituido 70 partes civiles, que representan a asociaciones ecologistas, instituciones o particulares.
Se prevé que el juicio adquiera tintes políticos, a dos meses y medio de la primera vuelta de las elecciones presidenciales y en un momento en el que los candidatos muestran interés por las cuestiones ecologistas.
De hecho, entre los representantes de las partes civiles están dos candidatos a las presidenciales, la socialista Ségolène Royal y el derechista Philippe de Villiers, que son presidentes de entidades locales, así como la ex ministra conservadora Corinne Lepage.
Aparte de la responsabilidades e indemnizaciones que puedan ser determinadas por el tribunal, el juicio servirá para analizar la cadena de hechos y decisiones que se producen cuando hay un accidente con repercusiones ecológicas.
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